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miércoles, noviembre 29, 2023
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Abren espacio a producción transgénica

Durante el Primer Foro Internacional del Gas, Petroquímica, Combustibles Verdes Bolivia 2018, que se desarrolla en Santa Cruz, el presidente Evo Morales comunicó que en dos semanas se promulgará la ley que regirá la producción de etanol y adelantó la incursión de Bolivia en la producción de otro combustible verde, se trata de biodiésel. La producción de estos energéticos conlleva la necesidad de producir más granos y aceites, y por lo tanto aumentar áreas de cultivos, mejorar la productividad y rendimiento por hectárea, lo que supone la introducción de biotecnología. En otras palabras, autorizar la producción de transgénicos.

Recordemos que el Gobierno y la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) fueron protagonistas centrales de la llamada cumbre agropecuaria “Sembrando Bolivia” que se propuso el objetivo de incorporar a la producción medio millón de hectáreas de tierras de cultivo, y lograr no solamente que el país sea autosuficiente, sino que exista capacidad para exportar excedentes y generar riqueza.

La prohibición expresa de la Constitución Política del Estado ya no será un obstáculo, por lo menos eso parece creer el gobierno, que también, cuando lo considera, pasa por alto la carta magna para otras alternativas, como la reelección de los actuales gobernantes. Nuestro país se ha acostumbrado a las respuestas de coyuntura que reemplazan a las políticas de Estado. Esta es una constante que ha marcado a los gobiernos de todas las tendencias, que lejos de perfilar el horizonte, dedican sus esfuerzos a paliar las circunstancias adversas, y algunas veces a aprovechar precariamente las oportunidades. En realidad esa fue la idea central al buscar la soberanía alimenticia, concepto que reconoce como eje principal el factor de disponibilidad de alimentos, pero que también da énfasis en la importancia del modo de producción de los alimentos y su origen. Esto significa, cuidar el medioambiente. El mayor y más complicado problema es conciliar esta realidad.

La actual administración sigue este ritmo procurando atenuar los efectos negativos de circunstancias y hechos que podían haberse previsto con mucha anticipación, pero que solamente son encarados cuando el agua llega al cuello. Ocurre con los temas sociales, regionales, económicos, productivos, políticos o de otra índole.

Para lograr este objetivo se requiere el entendimiento y la armonía de varios factores que confluyen. La adopción de políticas de estado claramente definidas y concertadas en sintonía con el sector agropecuario. Ya existen planteamientos que han definido una serie de metas, y la coincidencia de contar con un entorno amigable al medioambiente, y una relación de entendimiento propicio y factible, basado en fundamentos que permitan hacer realidad la aspiración de convertir a Bolivia en un país agro productor.

Para ello se requieren algunas condiciones de desarrollo y trabajo, como la necesidad y certeza de la vigencia de seguridad jurídica, y medidas legales que abran al país a la biotecnología, y a las exportaciones sin restricciones, de manera que se pueda lograr que en este rubro, además, se cumpla una función económica y social.

Uno de los factores alentadores fue la coincidencia de ideas para desarrollar un esfuerzo conjunto del Estado y el sector privado, así como la participación de los campesinos y productores en general. Se trata de una de las iniciativas más importantes de los últimos años que ha sido dirigida a aumentar la producción agroindustrial del país sin los sesgos ideológicos ni partidistas que muchas veces distorsionan cualquier proyecto en el que intervienen sectores de la más diversa gama social.

Ojalá que a la hora de llevar adelante las medidas se avance con el rigor de la ley y sin subterfugios que en el futuro sean motivo de obstáculos insalvables. Convertir a Bolivia en un país agro exportador no es una utopía. Es una alternativa viable que puede hacer realidad el antiguo objetivo nacional de diversificar la producción nacional, y desarrollar nuevos rubros que hagan menos dependiente a Bolivia de la explotación de recursos naturales como hidrocarburos y minerales. Hay condiciones para hacer realidad este proyecto, solamente falta la voluntad de ver más allá de la coyuntura y los paliativos.

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