Los analistas políticos y articulistas de JORNADA, Dres. DAEN. José Wenceslao Jauregui y Javier Albarracín consideran que, ante los hechos acaecidos en Bolivia, la renovación -de los cuadros del partido oficial que preside Luis Arce- será innovador por la presencia de gente joven, que pese a opiniones del entorno «evista» que gobernó 14 años, tendría que proseguir reformulando planes de gobierno ante situaciones cambiantes en el mundo, sobre todo en cuanto a economía se trata, que resulta globalizada en su impacto en países subdesarrollados.
El discurso de Álvaro García Linera, que después de haber huido en noviembre de 2020, retornó al Chapare, es extemporáneo, en nada ayudan al actual esquema gubernamental, se presenta no solo anti sistema democrático sino fuera de todo contexto intelectual sobre realidades que repercuten en Bolivia, como la pandemia sanitaria, la corrupción de 14 años en que ministros sugeridos por el citado incurrieron en corrupción. Se advierte que la nueva corriente generacional del MAS va trazando un nuevo rumbo de conducta social, en la que parece inclinarse a lograr la pacificación, y acuerdos, para llevar adelante políticas de Estado que activen una economía que genere aceptación no solo de los sectores sindicales sino empresariales.
De acuerdo a versiones de la militancia «joven» de dicho partido, se habría llegado al acuerdo que después del periodo de cinco años, agenda 20-25, de Luis Arce, David Choquehuanca seria candidato a la Presidencia.
En criterio de los analistas políticos, «fue una decisión acertada la de promover a una nueva generación del partido de gobierno».
«De no haber sido la revolución de las pititas, que logró la renuncia del expresidente y de Álvaro García Linera, no habrían surgido a la palestra pública, David Choquehuanca, Eva Copa, Sergio Choque, Andrónico Rodríguez, y otros que en la actualidad accedieron a funciones públicas» señalaron.
«Los que estaban a la espera de la voluntad de Morales, iban haciéndose antiguos, y no podían administrar la cosa pública, los que se creían insustituibles durante 14 años provocaron la debacle del masismo», indicaron.
Un caso interesante resulta ser la presencia de Andrónico Rodríguez, que, en la secuencia constitucional resulta ser la tercera persona que puede ser presidente en ejercicio de Bolivia, de ausentarse al exterior tanto el Presidente Constitucional Luis Arce como el vicepresidente, sea en busca de créditos internacionales o de invitaciones de gobiernos interesados en el litio y otras riquezas naturales de nuestro territorio.
«Los partidos necesitan renovarse en forma dinámica, en personas y en funciones públicas, para que las eternas vacas sagradas o intocables no prosigan en actos de corrupción que afectan a todo partido. Por esas actitudes, es saludable que haya renovación en los cuadros partidarios, para que no pase lo que le ocurrió al MNR, donde el expresidente Víctor Paz Estenssoro se creía insustituible y decía ‘después de mí el diluvio’ y no dio paso a nuevas generaciones, al extremo que al presente ya no hay el MNR que pueda terciar en elecciones y eso que durante el primer periodo de gestión, el año 1952, impuso el Voto Universal en que se incluía a las mujeres, la Reforma Agraria, la Nacionalización de las Minas. Con el pasar del tiempo el pueblo los ignoró y ahora los bolivianos apenas tienen un partido sin estructuras de cambio inmediato, y otros con candidatos ‘de mal gusto’ que luchan a brazo partido por presentarse en cada oportunidad de elecciones para negociar el voto de sus diputados y senadores. Invertían diez millones de dólares para promocionarse para después recoger doscientos o trescientos millones de dólares, esos eternos candidatos de oposición para el gobierno central y gobiernos autónomos de las Alcaldías y Gobernaciones deben pasar al retiro obligatorio y dejar que otra generación idónea sea encargada de hacer conocer programas de gobiernos adecuados a las modernas tecnologías y ciencia aplicada. Solo así Bolivia podrá progresar y desarrollar en forma integral políticas de Estado para lograr el bien común», concluyeron.