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martes, marzo 19, 2024
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Aumento colectivo de la producción de petróleo

Varios países proyectan un aumento colectivo de la producción mundial de petróleo y gas a lo largo de las próximas dos décadas, a pesar de haber aceptado sus compromisos climáticos para limitar el calentamiento global, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que revela que esos países todavía tienen planes de producir grandes cantidades de combustibles fósiles durante los próximos 20 años, pese a sus promesas de trabajar para lograr la neutralidad de emisiones de carbono y así limitar el incremento de la temperatura. Bolivia es uno de los países que busca producir más hidrocarburos, y tiene planes para explorar nuevos campos de petróleo y gas, que durante los últimos 50 años han sido el sostén de la economía. Pero la producción de nuestro país es mínima en comparación a los grandes productores.

Según el informe sobre la «Brecha de producción 2021», la suma de combustibles fósiles que planean producir los países sería más de dos veces mayor de la que permitiría cumplir con los objetivos del Acuerdo de Paris para el cambio climático. Detalla que los planes y proyecciones de producción de los gobiernos supondría un 240% más de carbón, un 57% más de petróleo y un 71% más de gas de lo que sería consistente con limitar el calentamiento global a 1,5 °C. El estudio hecho por el PNUMA, en conjunto con varios institutos de investigación, también indica que sólo se registraría una disminución modesta en la producción de carbón con respecto a los niveles de los últimos años. Los datos del informe se basan en los perfiles de Alemania, Arabia Saudita, Australia, Brasil, Canadá, China, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, India, Indonesia, México, Noruega, Reino Unido y Rusia, 15 de los principales países productores de combustibles fósiles y cuyos datos dejan ver que sus gobiernos mantienen un gran apoyo político a la producción de combustibles fósiles.

La agencia de la ONU reportó que no hay cambios relevantes en la brecha de producción de esos combustibles y los niveles fijados en el Acuerdo de París con respecto a 2019, cuando se publicó la primera edición del estudio. El documento precisa que los países del G20 han destinado casi 300.000 millones de dólares en fondos adicionales a actividades de combustibles fósiles desde el comienzo de la pandemia de COVID-19, una cantidad superior a la que han asignado a energías limpias. En este sentido, la directora ejecutiva de la agencia de la ONU afirmó que aún hay tiempo para limitar el calentamiento de la Tierra a 1,5°C para fin de siglo. «Pero esa ventana de oportunidad se está cerrando rápidamente», alertó Inger Andersen, llamando a todos los gobiernos a actuar con determinación y seriedad de cara a la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático COP26. «Los gobiernos deben dar un paso al frente adoptando medidas rápidas e inmediatas para cerrar la brecha de producción de combustibles fósiles y garantizar una transición justa y equitativa», puntualizó Andersen.

Los autores de la publicación, por su parte, insistieron en que la producción mundial de carbón, petróleo y gas debe empezar a disminuir de inmediato y de forma pronunciada para ser coherente con la meta de limitar el calentamiento global. «Sin embargo, los gobiernos siguen planificando y apoyando niveles de producción de combustibles fósiles que superan ampliamente lo que podemos utilizar para cumplirla», acotó Ploy Achakulwisut, el científico jefe del informe, investigador del Instituto del Ambiente de Estocolmo. En contraste, en los últimos años, ha disminuido significativamente el financiamiento internacional para la producción de combustibles fósiles. El estudio reconoce como alentadores estos esfuerzos de las instituciones de asistencia al desarrollo, pero añade que éstos deben complementarse con políticas de exclusión de esas fuentes de energía. Por esta razón, llama a los países productores a aceptar su responsabilidad de reducir la producción de combustibles fósiles para encaminar al mundo hacia un futuro seguro y climáticamente sostenible. Los científicos recalcaron que cuando los países se comprometen con la neutralidad de emisiones de efecto invernadero para mediados de siglo, deben ser conscientes de que sus objetivos climáticos precisan de una reducción rápida y sustancial de su producción de combustibles fósiles.

Las principales conclusiones del informe puntualizan que los gobiernos del mundo tienen previsto producir en 2030 alrededor de 110% más combustibles fósiles de lo que sería coherente con el objetivo de limitar el calentamiento a 1,5°C, y un 45% más de lo que sería coherente con la trayectoria de 2°C. El tamaño de la brecha de producción se ha mantenido prácticamente sin cambios en comparación con las evaluaciones anteriores. Se prevé que la producción mundial de gas será la que más aumente hasta 2040 según los planes de los gobiernos. Esta expansión mundial continuada y a largo plazo de la producción de gas es incompatible con los límites de temperatura del Acuerdo de París.

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