La inflación acumulada en Bolivia al primer bimestre del año fue de -0,11 %, lo que se explica por el aumento de la producción para abastecer los mercados locales, aseguró este viernes a los medios el ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui.
La autoridad explicó que en febrero pasado «se ha tenido una cifra negativa de -0,44 %», contrapuesta al 0,3 % de enero, y que se explica principalmente por la «variación negativa» en los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas.
Cusicanqui mencionó que la producción del área rural ya está en la etapa de cosecha y que muchos alimentos han comenzado a llegar a los mercados de las poblaciones más grandes del país, lo que permite «mantener los precios con cierta estabilidad».
El ministro mencionó como ejemplo de esto la reducción en los costos de la papa, un producto que en el último semestre del año pasado sufrió un alza significativa que se debió a la escasez del tubérculo por la falta de lluvias en el altiplano.
En febrero, los principales rubros que tuvieron un importante descenso en sus costos fueron la carne de pollo (-15,38 %), tomate (-28 %), el transporte interdepartamental (-12 %) y la carne de res (-0,7 %), apuntó Cusicanqqui.
La autoridad señaló que la inflación negativa se registró a pesar del «ataque especulativo» por el requerimiento de dólares y que, según el Ejecutivo nacional, se debe a una «inusual demanda» de esa moneda extranjera.
El Gobierno de Luis Arce ha admitido una falta de liquidez de divisas debido a un aumento de los retiros en dólares de la banca, algo que se solucionará pronto, según dijo en una entrevista con EFE el vocero presidencial, Jorge Richter.
Algunas medidas asumidas incluyen créditos exteriores, derechos especiales de giro y la compra de divisas por parte del Banco Central de Bolivia (BCB), aseveró.
El ministro Cusicanqui manifestó que la inflación negativa acumulada en el primer bimestre de esta gestión «ratifica que la economía boliviana mantiene (su) estabilidad».
El Presupuesto General del Estado (PGE), que se aprobó a fines del año pasado, proyecta para 2023 una inflación de 3,57 % y un crecimiento económico cercano al 4,8 %.
Bolivia cerró el año pasado con una inflación de 3,12 %, una de las más bajas de la región.