El Ministerio de Salud de Bolivia reportó ayer 543 casos de dengue y tres muertes en el país a causa de esta enfermedad desde que comenzó 2019, que en comparación de los reportados el año pasado en el mismo periodo aumentaron al 1.000 por ciento.
La responsable nacional del programa de dengue del Ministerio de Salud, Carla Romero, informó en una comparecencia con los medios de que desde el 1 de enero hasta la fecha en el país se reportaron 543 casos, mientras que en el mismo periodo el año pasado hubo 53.
«Es importante mencionar que es un año epidémico para la enfermedad del dengue, no sólo en Bolivia, sino en muchos países vecinos que atraviesan por brotes más grandes en los últimos cinco años», expresó Romero.
La responsable destacó que este incremento de casos se debe a las intensas lluvias en lugares como la población subtropical de Caranavi, situada a 163 kilómetros de La Paz, ya que favorecen la reproducción del mosquito que propaga la enfermedad.
Romero señaló que en Caranavi se reportaron 134 casos y 79 en Bermejo, ciudad limítrofe con la provincia argentina de Salta.
En tanto, Vicente Gonzáles, jefe de unidad de Epidemiología, confirmó que hasta la fecha en Bolivia se reportaron tres muertes por dengue.
Una sucedió en la ciudad amazónica de Riberalta, el segundo caso en Cochabamba, aunque el lugar de transmisión fue Caranavi, y el tercero en la región sureña de Tarija.
Además, añadió que hay una cuarta muerte que sucedió en Caranavi pero que está en análisis para verificar si fue por dengue u otra enfermedad de base.
Gonzáles sostuvo que la mayoría de las personas acuden tarde a los centros de salud, cuando ya es más difícil «salvar las vidas».
El Ministerio de Salud realizará esta semana una feria en Caranavi para informar a esa población de las acciones que pueden realizar para prevenir que se incrementen los criaderos de mosquitos que transmiten esta enfermedad.
El dengue es una enfermedad que se manifiesta con un malestar general, dolores de cabeza, fiebre y molestias musculares, que pueden derivar en cuadros hemorrágicos más complicados.
El insecto que provoca el mal se reproduce en épocas de frecuente lluvia en las zonas cálidas de Bolivia y para ello aprovecha cualquier espacio de agua estancada, como neumáticos abandonados, escombros o pantanos.