Bolivia reportó este domingo 878 nuevos contagios y 31 decesos por la covid-19 en lo que constituye una desescalada de la tercera ola de contagios que comenzó a principios de mayo.
La Paz con 280 casos y Santa Cruz con 247 fueron los departamentos que más contagios reportaron mientras que el resto de las otras siete regiones cuantificaron entre 7 y 90 infecciones en una jornada en que 1.388 personas fueron dadas de alta de la enfermedad.
Este descenso de contagios, que según manifestó el Gobierno comenzó hace varios días, se ha notado en la reducción de demanda médica en hospitales y de unidades de terapia intensiva mientras que el proceso de vacunación avanza con la ampliación de la inmunización a mayores de 18 años.
En la vacunación que comenzó a fines de enero con los médicos en primera línea contra la covid-19, enfermos crónicos y ancianos se aplicaron 2.024.454 primeras dosis y 738.540 de la segunda que incluyen vacunas del tipo Sinopharm, Sputnik V, AstraZeneca y Pfizer.
El paso del umbral de los 2 millones de primeras dosis fue destacado esta jornada por el presidente Luis Arce, que en redes sociales mencionó que «protegiendo la vida» se reactivará «más rápido» la economía del país, algo que también es prioritario para el Gobierno.
En una declaración a los medios en Chuquisaca, el ministro de Salud, Jeyson Auza, ratificó el anuncio presidencial de mediados de esta semana en el sentido de que «a partir del 10 julio» llegarán «cada semana» 8 millones de vacunas chinas Sinopharm.
La inmunización prosiguió parcialmente este domingo en las principales ciudades del país como Santa Cruz, Cochabamba y La Paz con la concurrencia de mayores de 18 años que son el grupo poblacional que ha tomado protagonismo hace algunas jornadas.
Bolivia acumula desde marzo del año pasado 16.951 decesos mientras que 444.968 son casos confirmados de la enfermedad de los que 59.690 se mantienen activos.
Los principales funcionarios de sanidad así como los dirigentes del Colegio Médico de Bolivia han insistido en que la población mantenga las medidas de bioseguridad como prevención a una posible cuarta ola que podría darse en caso de presentarse variantes de coronavirus más contagiosas como la delta.