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miércoles, abril 24, 2024
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Bolivia vende la gasolina más barata en la región

Muchas veces se habla de apelar a los «males necesarios», como una salida para salvar desgracias mayores o efectos más perversos, especialmente en economía. En Bolivia hay varias experiencias de esta naturaleza pero se destaca la subvención a la energía que le cuesta al Estado miles de millones de dólares. Para algunos es una de las medidas más dañinas, y para otros una necesidad vital. Cuando las subvenciones tienen un soporte en los ingresos del Estado, sus efectos son tolerables, pero cuando se carece de recursos se convierte en una carga insostenible que obliga a los gobiernos a adoptar medidas «impopulares» para mitigar sus consecuencias, especialmente políticas y sociales. El presupuesto del Estado para la presente gestión estimó más de cuatro mil 700 millones de dólares para subsidiar el diésel y la gasolina, y lo peor es que probablemente no alcance debido al alza en las cotizaciones del petróleo.

En nuestro país rigen los precios más bajos para el gas, gasolina y diésel, solamente Venezuela tiene precios menores. El alza de las cotizaciones en energía en general ha tenido su origen en la crisis proveniente de la paralización económica como consecuencia de la pandemia de coronavirus, y que actualmente se agravó por la invasión rusa a Ucrania. Felizmente, después de haber alcanzado récords históricos comenzó a bajar algo, pero se mantiene por encima de los cien dólares el barril de crudo. Ayer los mercados cerraron en $us106 por barril.

De mantenerse esta situación las subvenciones a la energía en nuestro país obligarán a adoptar algunas medidas urgentes. Ya el gobierno anticipó algunas determinaciones, entre ellas aumentar las compras de crudo para refinarlo en el país. Pero ese es un paliativo, como el anuncio de gravar a los salarios para sostener la Renta Dignidad. La solución real está en un cambio de la política estatista, para lograr atraer capitales y tecnología que permitan explotar nuevos yacimientos de gas y petróleo, diversificar la producción, hacer realidad la industrialización, buscar la energía limpia y sumarse a los esfuerzos globales de fomento a las medidas que ayuden a mitigar el calentamiento global y los efectos del cambio climático.

Un análisis de la agencia informativa Statista, sobre los precios de la gasolina en el mundo es muy revelador. Sostiene que desde la invasión rusa de Ucrania, que ha hecho subir los precios internacionales del petróleo y otras materias primas, el costo de la gasolina es un tema de debate en todo el mundo. Como los impuestos suponen una gran parte del precio de venta que el público paga para cargar combustible, los países que menos gravan la gasolina continúan teniendo los precios más bajos. En Estados Unidos el precio promedio es de 1,21 dólares por litro, y de acuerdo a Statista cuesta incluso menos que en algunas economías emergentes con una industria automotriz fuerte y que producen petróleo, como Brasil, Sudáfrica o Turquía donde el precio oscila entre 1,34 y 1,43 dólares por un litro de gasolina de 95 octanos.

Europa tiene algunos de los precios de la gasolina más altos del mundo. La mayor parte de Europa Occidental pagaba más de 1,60 dólares por un litro de gasolina. Algunos de los precios más altos se encuentran en Islandia, Finlandia, Grecia, Dinamarca y Noruega. Noruega es un caso atípico entre los países productores de petróleo, ya que grava la gasolina con un recargo. El país basa gran parte de su riqueza en el petróleo, pero lleva muchos años aplicando un plan para independizar su economía de los combustibles fósiles, dice la agencia informativa.

Otras naciones productoras de petróleo van por el camino contrario, ofreciendo gasolina a sus ciudadanos a un precio menor que el del agua embotellada. Los ejemplos más drásticos son Venezuela, Libia e Irán, donde cuesta un par de céntimos de dólar por litro. Entre las regiones del mundo con la gasolina más barata se encuentran el norte de África y Medio Oriente, así como Asia Central y Rusia. En Argelia, por ejemplo, la gasolina sólo cuesta alrededor de 0,32 dólares por litro, mientras que en Rusia el precio ronda los 73 centavos. El litro de gasolina más caro incluido en el ranking se vende en Hong Kong a 2,87 dólares, lo que hace que llenar el tanque de un vehículo pequeño supere los 100 dólares. En Latinoamérica, Venezuela es el país donde el precio es más bajo.

En Bolivia el precio es de medio dólar por litro, pero el Estado subvenciona no solo la gasolina y el diésel con más de cuatro mil millones de dólares anuales, sino que el gas natural es vendido a un precio muy por debajo de la cotización internacional. ¿Cuánto tiempo más podrá el país sostener esta situación? Los efectos no solo se limitan a los costos de subvención, sino a lo que provoca el precio bajo, como el contrabando. Ya el gobierno puso en alerta algunas zonas fronterizas a donde se lleva la gasolina y el diésel para venderlo a consumidores ajenos. Inclusive el gas en garrafas se lo contrabandea al Perú de acuerdo a informes de algunas autoridades.

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