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miércoles, abril 17, 2024
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Brasil promete mantener vivo el impulso que el Mercosur ganó con pacto con la UE

El Mercosur celebró ayer en Argentina el nuevo impulso que le da el reciente acuerdo con la Unión Europea (UE), un ímpetu que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, promete mantener vivo para ganar nuevos mercados y agilizar la dinámica interna del bloque suramericano.

Tras varias cumbres con sabor a poco y no exentas de reclamos cruzados entre los socios, la celebrada en la ciudad argentina de Santa Fe evidencia que el Mercosur logró salir de la inercia de los últimos tiempos y dar un salto que todos los presidentes del bloque califican como «histórico».

Todos los laureles se los ha llevado el anfitrión de la cita, Mauricio Macri, en cuya presidencia semestral en el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) se logró sellar la alianza estratégica con la Unión Europea (UE) tras casi veinte años de arduas negociaciones.

«El acuerdo con la UE es fruto de un trabajo colectivo, en el que demostramos vocación y compromiso al más alto nivel. Debemos sentirnos orgullosos de haber perseguido este objetivo sostenidamente», dijo Macri, antes de pasar el testigo del bloque a Bolsonaro.

El argentino, que en octubre próximo buscará la reelección, fue felicitado por todos sus colegas, quienes coincidieron en que el pacto de la UE consolida la posición de los suramericanos para acelerar las negociaciones en curso con otros bloques y países y profundizar el acercamiento con la Alianza del Pacífico (Chile, Perú, Colombia y México).

«Debemos avanzar con optimismo hacia la concreción de los demás acuerdos que estamos negociando con Canadá, Corea del Sur y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), que quedarán bajo el liderazgo del presidente Bolsonaro», afirmó el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez.

Bolsonaro, quien asume por primera vez la titularidad del bloque fundado en 1991, dijo que la agenda externa será una de sus prioridades, junto con la revisión del arancel externo común que rige en la unión aduanera desde hace 25 años y la reforma institucional del bloque para hacerlo más moderno y ágil.

«Queremos un Mercosur de menos discurso y de más acción», señaló Bolsonaro, que hasta hace pocos meses cuestionaba duramente al proceso integrador por sus escasos logros y su «ideologización» política.

El inusual buen clima entre los presidentes de la región permitió lograr el consenso necesario para sacar adelante una declaración sobre el fortalecimiento de la democracia en el Mercosur, firmada por sus cuatro miembros, y otra sobre la crisis venezolana, a la que adhirieron los socios plenos del bloque más seis de sus Estados asociados (Chile, Colombia, Perú, Ecuador, Guyana y Surinam).

En este último documento, que solo no fue firmado por Bolivia, los países expresan su preocupación por la «grave crisis» que sufre Venezuela y advierten sobre el «severo deterioro» de las condiciones de vida en ese país.

En la declaración se aboga por el «pronto retorno de la institucionalidad democrática» en Venezuela, aunque no se menciona a Nicolás Maduro ni se da un apoyo explícito al presidente encargado, Juan Guaidó.

Este es un asunto que divide aguas en el bloque, ya que Uruguay no reconoce a Guaidó, mientras que Argentina, Brasil y Paraguay sí lo hacen y tienen una posición mucho más dura respecto al régimen de Maduro.

En el plenario de los presidentes, Macri aseveró que Guaidó, es la «única autoridad legítima en Venezuela» y reclamó que Maduro «deje de obstruir la transición democrática y cese con las violaciones de derechos humanos».

Con igual firmeza, Bolsonaro sostuvo que la crisis que vive Venezuela nació «a partir del populismo y de la irresponsabilidad, de un proyecto de país que no tuvo límites».

También el mandatario paraguayo abogó por el retorno de la democracia «en poco tiempo» a Venezuela, país suspendido como miembro pleno del Mercosur desde 2017.

Pero otros mandatarios presentes en el plenario, como el uruguayo Tabaré Vázquez y el boliviano Evo Morales, quien tampoco reconoce a Guaidó, optaron por no hacer alusión en sus discursos a la cuestión venezolana, un tema que continúa siendo espinoso en el corazón del Mercosur pese al «punto de inflexión» que el bloque asegura haber llegado en esta cumbre.

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