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jueves, abril 25, 2024
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Bulo Bulo y la industrialización

Guido Pizarroso Durán

La planta de urea establecida en el trópico de Cochabamba, está paralizada por cuarta vez desde que inició operaciones en forma demorada, por los problemas diversos que se tuvo tanto en la instalación como en las fases de producción. Se trata de la inversión más costosa que se efectuó en el país, pero que no logra cumplir sus objetivos. La actual paralización se debe, según informaron los responsables de manejar la factoría, por falta de mercados seguros. Se pensaba que Brasil podía ser el principal comprador del fertilizante producido en el Chapare, pero los costos de producción y de transporte hasta la frontera, elevan el costo real, lo que obligó a vender inclusive por debajo de las previsiones.

En este momento solamente se atiende al mercado nacional que apenas consume el 10% de la capacidad de producción, lo que demuestra que se trata de un proyecto mal concebido, sin planificación y dirigido más por cuestiones políticas que sobre la base de estudios. En lugar de instalarse la fábrica cerca de los yacimientos de hidrocarburos y próximo a los mercados potenciales de Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, se instaló en Bulo Bulo, Chapare, centro permanente de conflictos políticos y tensiones sociales, así como zona donde opera el narcotráfico. Varios expertos en la materia han analizado la problemática de la planta de urea, y coinciden en que ha sido un grave error ubicarla en esa zona conflictiva.

Uno de los principales problemas es el transporte para la exportación, lo que obligó a construir expresamente un ferrocarril desde el Chapare hasta la red ferroviaria oriental, proyecto que también se encuentra con problemas.

Actualmente el transporte se realiza por carretera y la Asociación de Transporte Bulo Bulo, del trópico de Cochabamba, acapara el transporte, generando, además problemas con otras empresas transportadoras. Se produjeron enfrentamientos entre transportistas de Cochabamba con las organizaciones cruceñas, perjudicando el envío de la producción. El actual gobierno lanzó una iniciativa dirigida a trasladar la planta, hecho que motivó alerta en el Chapare. El especialista y analista Hugo del Granado Cossío, en análisis sobre el tema advirtió que la sugerencia de trasladar la planta, «es precipitada. Primero se tienen que determinar las causas de los problemas y sus posibles soluciones, sin apuros ni improvisaciones. La decisión tendría que ser tomada por el próximo Gobierno. La solución tampoco pasa por paralizar la planta. El clima tropical destruye cualquier instalación sin uso, en cuestión de semanas, especialmente los componentes electrónicos. El traslado de la planta sería el último recurso al que se podría acudir si todo lo demás fracasara. Se necesitarían por lo menos dos años y cientos de millones de dólares». Si el anterior gobierno manejó irresponsable y políticamente los proyectos más importantes, ahora es necesario recoger experiencia y efectuar estudios especializados, antes de determinar qué hacer con una instalación tan costosa -que demandó más de mil millones de dólares- y compleja y delicada como la planta petroquímica de Bulo Bulo.

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