Las autoridades bolivianas anunciaron ayer una acción judicial para revertir la propiedad de un conjunto de bienes valuados en 6 millones de dólares relacionados con el narcotraficante boliviano Pedro Montenegro, detenido en una cárcel del país.
En una rueda de prensa en La Paz, el ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia, Carlos Romero, anunció una demanda de extinción de dominio de los bienes «ilícitamente obtenidos» en el marco de una investigación en la que aparte de Montenegro están supuestamente implicados expolicías y extranjeros como el colombiano Enrique Villarreal Quintero.
El monto de «un aproximado de 6 millones de dólares» abarca cuarenta inmuebles, veinte vehículos, dos empresas y un crédito por un millón de dólares, como patrimonio que a su vez estaba manejado por «testaferros» de la organización, aseguró Romero.
En posesión de ese patrimonio están supuestamente implicadas unas treinta personas, entre familiares y socios de los principales implicados, que tenían la intención de «realizar transacciones o transferir estos bienes», precisó el ministro.
Muchas de esas personas, que declararon no tener bienes y de repente adquirieron de un momento a otro casas ostentosas, «tienen de alguna u otra manera vinculación» con los principales investigados, complementó.
Romero mencionó que la medida busca «afectar el poder material y logístico de la organización criminal» para evitar posibles sobornos de autoridades.
La acción de extinción de dominio es un proceso al margen de la acción penal, que se estima dure hasta ocho meses y que podría concluir con lo incautación de los bienes o su remate posterior.
Este caso salió a luz luego de la remoción en marzo pasado del entonces comandante de la Policía Boliviana, Rómulo Delgado, y un audio en el que el exjefe policial insinuó que su cambio se debía a una investigación suya contra varios jefes policiales en Santa Cruz.
A consecuencia de ello se difundieron varias fotografías de viajes de Montenegro al extranjero junto a los que se cree que eran personas de su confianza, entre ellos algunos jefes de la Policía, empresarios y una exreina de belleza, lo que también salpicó a funcionarios judiciales.
Las investigaciones dieron cuenta de que Montenegro tenía supuestos vínculos con el hasta hace poco director de la Fuerza Espacial de Lucha Contra el Crimen en la región boliviana de Santa Cruz, Gonzalo Medina, y el excapitán de esa misma repartición policial Fernando Moreira.
Montenegro contaba con una orden de captura internacional, ya que en Brasil se le buscaba desde 2015, a causa de un envío de 1,3 toneladas de droga hacia Europa en el que se le involucró.
Considerado como uno de los narcotraficantes más buscados, se entregó el pasado 11 de mayo a la Policía Boliviana, según la versión policial al verse sin escapatoria, tras un sinnúmero de operativos para capturarlo.
Las indagaciones posteriores establecieron que Montenegro era la mano derecha del colombiano Villarreal Quintero, que vivió en Bolivia meses antes de que el caso saliera a luz.