Ninguna ciudad boliviana aparece en el último estudio que evalúa la calidad de vida, seguridad, protección ambiental, salud y otros factores. En 2017 la única urbe nacional que aparecía en el ranking de ciudades con mejor calidad de vida era La Paz, aunque estuvo ubicada en la posición 157 entre más de 400 ciudades. Anteriormente, el año 2014 fue elegida entre las Siete Ciudades Maravillas del Mundo, junto a otras urbes que se disputaron un lugar en el concurso lanzado por la organización New 7 Wonders.
Empero, la calidad de vida en la urbe sede de Gobierno se ve disminuida por enormes falencias, como el tratamiento de desechos sólidos cuyo problema se evidenció cuando el relleno sanitario ubicado en Alpacoma colapsó, afectando la salud de la población ubicada por el sector. Antes fue el descuido de las reservas de agua, dejando a la población de la ciudad de La Paz con el racionamiento más duro de los últimos 70 años. A ello se suman los desastres naturales provocados en unos casos por las lluvias, acentuadas por el cambio climático, y en muchos de los casos por la irresponsable tolerancia hacia los loteadores que han ocupado terrenos en las áreas, verdes, aires de ríos y zonas deleznables, que obligan a una permanente emergencia. Así como la falta de control de edificaciones. Estas situaciones, sumadas al último deslizamiento de Kantuani, y el colapso del basural de Alpacoma, sin duda influyen en las mediciones de calidad de vida.
Un último informe 2019 de Mercer sobre la calidad de las metrópolis toma en cuenta factores vitales para asignar puntaje. Señala que se toman en cuenta en su estudio hasta las tensiones comerciales y las corrientes populistas que siguen dominando el panorama económico global. Mercer indica que muchas ciudades de distintos lugares del mundo siguen ofreciendo un entorno atractivo para las empresas y que calidad de vida es uno de los componentes fundamentales en el atractivo de una ciudad para atraer el talento en movilidad internacional.
Viena vuelve a encabezar la clasificación por décimo año consecutivo, seguida de cerca por Zúrich (2). El tercer lugar lo comparten tres ciudades: Auckland, Múnich y Vancouver; esta última lleva diez años ocupando el puesto más alto del ranking en Norteamérica. Montevideo es en Latinoamérica la que tiene mejor ranking. Caracas, que antes era la ciudad de la eterna primavera, ha retrocedido abruptamente a causa de la inestabilidad política y económica que afecta a Venezuela y ocupa el último puesto.
En esta edición, Mercer ha elaborado un ranking específico sobre seguridad personal; en el que se analiza la estabilidad interna, criminalidad, cumplimiento de la ley, limitaciones a la libertad personal, relaciones con otros países y libertad de prensa en cada una de las ciudades. La seguridad personal es la base sobre la que se sustenta la estabilidad de cualquier ciudad, y, sin ella, ni el negocio, ni el talento alcanza a prosperar. Mercer evalúa las condiciones de vida local de más de 440 ciudades a nivel mundial. Las condiciones de vida se analizan de acuerdo a 39 factores. Aparte de los ya citados, se consideran el acceso a la salud (servicios médicos, enfermedades infecciosas, aguas residuales, desagües, polución…). Colegios y educación (calidad y disponibilidad de colegios internacionales). Servicios públicos y transportes (electricidad, agua, transportes públicos, congestión del tráfico…) Ocio (restaurantes, teatros, cines, deportes…) Bienes de consumo (disponibilidad de alimentos / artículos de uso diario, coches…). Alojamiento (alquiler de casas, electrodomésticos, muebles, servicios de mantenimiento…). Entorno natural (clima, registro de desastres naturales…), entre otros factores económicos y sociales.
Objetivamente, en la mayoría de estos factores las ciudades bolivianas tienen debilidades, y aunque pueden ofrecer otros atractivos insuperables por sus atractivos, sin duda por el momento están muy lejos de ofrecer las condiciones para disputar a las urbes que han sido calificadas como en las mejores en calidad de vida.