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jueves, abril 25, 2024
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Carnaval, solidaridad y seguridad

Varios municipios y regiones del país están en emergencia por los desastres ocasionados por las lluvias, pero nada detiene a los preparativos del carnaval. Cuando se producen desastres surgen ideas de planificación y prevención, e inclusive de frenar los excesos, pero puede más la energía desbordante tanto de la población como de las autoridades, entusiasmo que anuncia sonadas fiestas. Las peregrinas ideas para hacer primar la solidaridad al jolgorio no fueron escuchadas por nadie y más bien, fueron vistas con recelo y hasta con severa admonición.

Por ejemplo, la Gobernación de Santa Cruz junto a las entidades organizadoras realizan una campaña destinada a evitar los excesos en carnaval, mientras que las autoridades municipales de Oruro van más allá y aplicará una ley seca de 16 horas en la jornada de la entrada folclórica. Recordando los excesos y tragedia de años pasados se ha propuesto que la fiesta esta vez se desarrolle sin alcohol. Un proyecto de ley municipal surgió desde la Alcaldía, y fue tratada por los concejales que deliberaron 7 horas para aprobar la medida, aunque atenuando el rigor de la norma que busca prohibir el consumo y la venta de bebidas alcohólicas durante la peregrinación a la Virgen del Socavón, y regiría para todos los participantes de la fiesta, es decir espectadores y bailarines.

Como estas, varias sugerencias de moderación, sobriedad y solidaridad fueron lanzadas por algunos ciudadanos e instituciones, pero las iniciativas chocan con la tradición, las arraigadas costumbres y las jugosas ganancias que generan los diferentes negocios que mueven millones de dólares con motivo del carnaval. Calificándolas de quimeras las sugerencias han desatado hasta molestia entre los gestores de esta fiesta que prepara la venta de grandes cantidades de bebidas alcohólicas, alimentos y otros. Además, se ha invertido ya en medidas para atender a turistas, confección e importación de trajes para las comparsas, bordados de distintivos, contrato de bandas de música y otros preparativos que sin duda han demandado esfuerzo e inversión.

Y no es que la población boliviana se haya deshumanizado ni hubiese perdido su amplio sentido de solidaridad frente a las tragedias que en este momento viven varias poblaciones del país. Pasa que los preparativos para los carnavales comenzaron con mucha anticipación. En Santa Cruz se realizaron las pre-carnavaleras desde noviembre. En Oruro también comenzó en noviembre los convites y la organización, y en estos momentos se realizan algunas ceremonias, todas regadas por el licor. El Carnaval de Oruro 2019 se llevará a cabo oficialmente entre este 23 de febrero y el 4 de marzo. Pero antes y después se realizan actos folklóricos, litúrgicos y ceremonias sociales, como la Gran Peregrinación al Socavón.

En La Paz, el personaje central es el Pepino, que ha sido desenterrado con mucha anticipación para que despierte los ánimos en las carnestolendas. En Tarija entre las fiestas de compadres y comadres, el vino y la alegría chapaca, es imposible pensar en prohibiciones. Los carnavales en todo el país son una tradición que difícilmente se podría abolir, pero es necesario adoptar medidas que mitiguen los excesos para evitar que la sana y necesaria alegría y expansión, alcance desproporciones que deriven en muerte, accidentes de tránsito y hasta en tragedias familiares.

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