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jueves, abril 25, 2024
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Celag y su desacertada encuesta

Quienes recibieron dádivas para beneficiar al MAS, no tienen credibilidad porque se atrevieron a descalificar el informe de la OEA con referencia al fraude electoral del 20 de octubre de 2019 alentado y diseñado por revolucionarios anti imperialistas que se sometieron a China y que al presente intentan demostrar su agradecimiento al efectuar una encuesta en torno a los últimos ocho meses de diciembre 2019 a junio 2020 y no de los catorce años que damnificó a todos los bolivianos.

En homenaje a la verdad, no era necesario efectuar consulta sobre situaciones evidentes, como la crisis económica real cuyos orígenes se conocen, que es la paralización global por el coronavirus. ¿Cómo no afectaría a la gente la emergencia sanitaria mundial con millones de contagiados y miles de muertos y la imposibilidad de la ciencia de conseguir hasta el momento un medicamento efectivo o una vacuna?

Ningún ciudadano del planeta podría decir que todo está bien, que las finanzas florecen y que la salud se fortalece.

Cualquier encuesta de esta naturaleza, en cualquier país del mundo, daría los mismos resultados.

Los gobiernos de todos los países del planeta, están en este momento bajo el escrutinio del ciudadano que aspira a que las cosas se hubiesen hecho mejor, los Estados están en colapso económico financiero y así demuestran las bolsas de valores de Nueva York y de la Comunidad Europea, asiática.

En Bolivia, se admite que la gente considere que se designó a personal sin experiencia en cargos importantes y se permitió que corruptos del anterior régimen continuaran en funciones. También se puede sostener que no hubo acierto en designaciones claves, prueba de ello son los constantes cambios de ministros y de otros servidores públicos.

Si la encuesta hubiese sido objetiva y las preguntas apropiadas a los temas, específicas, seguramente la mayor parte de la gente hubiese dado diferentes respuestas. No se preguntó del porqué ni las causas de las fallas. Si esas hubiesen sido las interrogantes, sin duda, la gente hubiese señalado a los responsables, al exgobierno de Evo Morales Ayma, de Álvaro García Linera y exministros, diputados y senadores del MAS, porque el país sabe que fueron los que se negaron a apoyar a la salud: «son los mismos que prefirieron construir canchitas de fútbol antes que hospitales, son los que reemplazaron a los médicos bolivianos por activistas cubanos y venezolanos», como denunciaron los ministros de Economía y de Salud del actual gobierno.

De haberse efectuado preguntas inteligentes, con profesionalismo, en materia de indagación social, los consultados y escogidos por Celag hubieran señalado a los culpables de impedir que se aumente el presupuesto de salud pública; hubiesen señalado con nombres y apellidos a los que bloquean el dinero para la salud y las necesidades de atender la emergencia; podían haber identificado a los que proclamaron que no había pandemia, que el coronavirus era un invento de la derecha, y a los que gestaron agresiones a médicos, policías y militares; hubiesen mostrado a los que bloquearon el acceso a los botaderos de basura para hacer que crezca el riesgo de contaminación; y fundamentalmente, nadie se hubiese equivocado al señalar a los que incumplieron el mandato constitucional de que la salud es la principal responsabilidad del Estado y que ignoraron su cumplimiento por 14 años, despilfarrando los recursos del Estado.

Toda persona racional se da cuenta que es imposible exigir que en ocho meses se solucionen todos los problemas dejados por la anterior administración. La gente sabe que es tarea difícil reparar todo el daño hecho por el anterior gobierno por el manejo discrecional de los recursos del Estado, la deficiente gestión, corrupción y la triste realidad de haberse condicionado la militancia política del MAS sobre las necesidades de la población.

Es una tarea que requiere mucho tiempo y será la nueva administración que surja de la voluntad ciudadana, la que afronte los nuevos desafíos.

Por lo demás, la confianza que merezca una encuesta surge de los antecedentes de los que la hacen. El Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), es el mismo que ha criticado los informes de la OEA sobre el fraude electoral del 20 de octubre. Pero esa pose obscurantista, como la denomina los progresistas, no hace referencia a las numerosas pruebas encontradas que demuestran dolo, falsificación, alteración de actas que el pueblo boliviano conoce y denunció antes que la OEA hiciese la auditoría electoral.

Como referencia de Celag, se puede decir que muchos de sus ejecutivos son personas con una militancia política y de ideología ultra evidente, entre ellos, el cofundador de Podemos de España Juan Carlos Monedero; la directora de TeleSur, Patricia Villegas; Rafael Correa, expresidente de Ecuador; Emir Sader, brasileño vinculado al Partido de los Trabajadores de Brasil; Alfredo Serrano. Hoy vemos el desastre económico de Venezuela, el país más rico de Sudamérica destruido por esa tendencia política. El Celag también la integran el exministro de Educación del MAS, Roberto Aguilar y el exdiputado, Manuel Canelas, entre otros y quieren hacer creer que esa organización partidista y que tiene la venia de los exdictadores de esta parte del continente, es imparcial.

¡Que ofensa a la inteligencia del pueblo de Bolivia!

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