Las dos facciones de cocaleros que se disputan el liderazgo de Adepcoca se enfrentaron a pedradas este lunes en el centro de La Paz, luego de que cada una marchara por separado, unos exigiendo la liberación de sus líderes detenidos y otros para dar un ultimátum al Gobierno de Bolivia para que reconozca al mercado paralelo.
De un lado, estuvo el bloque del dirigente Arnold Alanes que convocó a una asamblea para luego emprender una marcha hasta el centro de La Paz, donde están las oficinas de los Ministerios de Gobierno y de Desarrollo Rural y Tierras.
En declaraciones a Efe, Alanes, que representa al sector que administra el mercado paralelo, dijo que se van a «levantar desde cero» luego de la destrucción de su establecimiento de venta puesto que, a su juicio, es «un hecho sin retorno».
A su turno el sector de Adepcoca, que está encabezado por el dirigente Freddy Machicado, que cumple detención preventiva por las denuncias relacionadas con la destrucción del mercado paralelo, también realizó una asamblea y luego se dirigió al centro de la ciudad para exigir su libertad.
Nuevos enfrentamientos
Este lunes la tensión subió de nuevo entre los cocaleros cuando el sector de Alanes inició su marcha al mediodía y en su trayecto pasó cerca del mercado tradicional de Villa Fátima, en el norte de La Paz, donde la otra facción aún desarrollaba su asamblea.
En ese primer encuentro de la jornada hubo insultos entre partidarios de uno y otro sector, algo que no pasó a mayores ya que la Policía instaló cordones de seguridad para evitar enfrentamientos.
A los pocos minutos el sector de Adepcoca tradicional inició su movilización con el objetivo de llegar hasta la Casa de Gobierno, mientras que el otro grupo se apostó en exteriores del Ministerio de Desarrollo Rural.
Ya en el centro de La Paz el bloque que pide la libertad de Machicado rebasó el cordón policial y estuvo a punto de cruzarse con el grupo de Alanes, sin embargo, la Policía usó gases lacrimógenos en contra de los manifestantes.
Solo a unas cuadras, dos grupos de mujeres cocaleras de bandos contrarios se enfrentaron y varios hombres tuvieron que intervenir para separarlas.
Los de Alanes expulsaron al grupo de Machicado del lugar y estos posteriormente arremetieron con pedradas y algunos dinamitazos por varios minutos hasta que llegó la Policía que los dispersó con gases.
Los dos ultimátums
El grupo de Adepcoca, que defiende el mercado tradicional, dio un plazo al Gobierno para que hasta el próximo jueves «cese la detención (preventiva)» contra Machicado, dijo a Efe el dirigente Gabriel Amanto.
Amanto señaló que se ratificaron los 13 puntos de su pliego, en el que figura el pedido al presidente Luis Arce para que destituya al ministro de Desarrollo Rural, Remmy Gonzales, a lo que también se suma ahora la exigencia de la realización del censo para el próximo año.
Precisamente la realización del censo es una de las principales demandas de la región de Santa Cruz, bastión político de la oposición y motor económico de Bolivia, al Gobierno de Luis Arce.
Asimismo, el sector que administra el mercado paralelo emitió un ultimátum de «quince días» para que el Gobierno se pronuncie y dé respuestas a su demanda para que se reconozca ese comercio.
La tensión entre cocaleros se arrastra desde agosto pasado cuando el sector de Machicado convocó a movilizaciones contra el mercado paralelo de Alanes y que derivaron en enfrentamientos con la Policía.
El sector tradicional reivindica lo que establecen las normas bolivianas sobre la existencia de dos mercados legales para la venta de hojas de coca, uno en Sacaba, en el departamento de Cochabamba, y el otro en Villa Fátima, en el norte de la ciudad de La Paz.
El problema entre los cocaleros del departamento de La Paz data de septiembre de 2021, cuando en una asamblea un grupo eligió a Alanes como dirigente de Adepcoca, quien luego recibió el reconocimiento del Gobierno y tomó posesión del mercado de Villa Fátima con apoyo policial.
Tras varias jornadas de protestas, el otro bloque, que asegura ser mayoritario, expulsó a Alanes de Adepcoca y este unos días después abrió un nuevo mercado en la zona vecina de Villa El Carmen, lo que agudizó el conflicto entre los cocaleros que lo acusan de ser representante de la «zona roja» de cultivos y lo rechazan por su afinidad con el Gobierno.