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viernes, abril 19, 2024
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Confabulación e injerencia contra Bolivia

Dr. DAEN. Wenceslao Jáuregui

Cinco días antes de la agresión a nuestra soberanía, el canciller mexicano había anticipado que presentaría una denuncia contra Bolivia por «hostigamiento» ante la CIJ. Luego, el Gobierno mexicano había denunciado la «presencia excesiva» de personal de seguridad bolivianos ante su sede diplomática. A su vez el Gobierno español habló de «golpe de Estado» y reclamó el llamado «inmediato» a elecciones. No era casual, estaba en marcha la confabulación mexicano-española contra la soberanía de los bolivianos.

¿Visita de cortesía con capuchas y pistolas? Los 4 policías (GEOS) salieron de Madrid el día 21 y luego de cuatro días fueron a la residencia mejicana en La Paz para «recoger» a la encargada de Negocios española, de «visita» allí donde se refugian delincuentes con información sobre el dinero que Morales entregó a Podemos, el partido izquierdista español de Iglesias. Este presiona al presidente español para callar a Quintana que amenazó con hacer pública las cuentas y organizan un mal operativo de extracción aprovechando la inmunidad del vehículo diplomático, asumiendo que los bolivianos son imbéciles.

Los exministros Quintana y Héctor Arce, estaban vinculados con Podemos. Entre sus fechorías destacan los pagos a la fundación CEPS y el caso Neurona, una trama de corrupción internacional del partido de Iglesias. Neurona, colaboró en la campaña electoral del MAS en 2014 y está vinculada al Gobierno de López Obrador. Al frente de Neurona está el periodista mexicano César Hernández, compañero de luchas políticas de Juan Carlos Monedero e Iglesias.

Lo que está claro es que España demuestra aun ser un país «injerencista» y quedó mal ante la UE, cuya política exterior común fue transgredida y no funcionó. En el trasfondo de la crisis diplomática entre España y Bolivia, el apoyo de Iglesias a Morales dispara las sospechas de que la intriga está vinculada al pacto con Sánchez y a la necesidad de «congraciarse» con sus socios como motivo del episodio. La intervención de Podemos en política exterior ya afecta a la imagen internacional de España.

Una prudencia diplomática elemental fue contravenida. La Ministra de Asuntos Exteriores de España dice que «desconocía lo sucedido» y por tanto, desautoriza a los funcionarios que incurrieron a esta ilegalidad y ha abierto una investigación anunciando el envío de un funcionario del Ministerio a La Paz. La oposición española ha exigido su comparecencia en el Congreso. Es la comedia del día: los responsables del funesto como ridículo hecho, quieren investigarse a sí mismos. De nada servirá esta «comisión» que no investigará los hechos de forma imparcial y objetiva. Es decir, quién tramó, quién autorizó, quién lo financió.

De nada sirve reclamar el acatamiento de la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, porque ésta ya fue vulnerada, por personeros del gobierno de México y de España.

La connivencia de la política exterior mexicano-española es un demencial episodio que delata el esperpento de la política solidaria izquierdista.

¿Puede empeorar la crisis diplomática con el Gobierno de transición? No, mientras no se rompan las relaciones, el enfriamiento permanecerá porque los gobiernos izquierdistas privilegian la ideología sobre los intereses de sus países.

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