La CPEP determina que el voto de todo elector, para elegir Presidente del Estado, debe ser «secreto».
Quienes a voz en cuello se identifican y expresan en forma pública que votarán por tal o cual candidato -posiblemente para ganar indulgencias-, anulan su voto.
Al respecto las informaciones de medios de comunicación, sobre todo impresos, constituyen prueba.
Por ejemplo, es el caso del senador Edwin Mario Rodríguez Espejo quien en forma pública reiterada dijo votará y apoyará «gratis» a favor de un candidato determinado.
Viene al caso, cuando un juez que tiene bajo su competencia un caso por violación, robo agravado, etc., y emite opinión antes que se cumplan los plazos de prueba de cargo y descargo de los involucrados, antes de dictar sentencia, significa que ha prejuzgado por tanto debe excusarse o ser excusado bajo pena de sanción como prevaricador.
En el caso del elector no debe emitir en forma anticipada y pública por quién votar en las elecciones presidenciales.
En otra arista del tema, el diputado Amilcar Barral públicamente expresó que Unidad Nacional apoyará al que «resulte como segundo y este bien posesionado», vale y pase, no especificó (en la hipótesis que Evo Morales sea el segundo) quienes de su partido o el mismo votará por el segundo en las elecciones del 20 de octubre, en los hechos resulta agravante que quienes militan en Unidad Nacional le hagan caso. Amilcar Barral al utilizar el «plural» se muestra como dueño y señor de actos, pensamientos, razonamientos y manera de obrar de las personas que pasaron o están en dicha sigla.
Doblando la hoja.
La diputada por el MAS, Sonia Brito, pidió que se le «prohíba postular a la Presidencia al Dr. Chi Hyun Chung» del Partido Demócrata Cristiano, porque dijo «ofendió a las mujeres».
El surcoreano, nacionalizado como boliviano, Hyun no es santo de nuestra devoción, pero está claro que tiene el derecho de expresar opinión, la CPEP, la Ley de Imprenta, la Carta de las Naciones Unidas, etc., señalan que «toda persona tiene derecho a la libre expresión».
Lo insensato de la declaración, de rasgarse vestiduras, es que en otros hechos en que se le calificó a la exministra de Salud, Ariana Campero Nava, como «lesbiana» en acto público, o los toques impúdicos del alcalde Percy Fernández a conocidas personalidades mujeres en Santa Cruz, los toques de acoso sexual del gobernador Esteban Urquizu a nalgas de una dama y señora gremial, la expresión del presidente Evo Morales en una concentración campesina de mujeres en Cochabamba, cuando dijo algo irreproducible, respecto al «embarazo», la señora Brito no dijo nada o cuando se desconoció los resultados del 21 F, referéndum revocatorio en que se violentó derechos fundamentales de las personas, de hombres y mujeres de nuestra patria, se mantuvo callada.
Por declaraciones como las vertidas por la diputada Sonia Brito, personas que no tenían vigencia política, de pronto cobran importancia. En política, todo opositor, al ser apabullado por militantes del partido oficialista se hace conocer y es materia de información, de polémica, así sus declaraciones estén fuera de la concepción y léxico correcto, formal, o en contra de la igualdad de género.
Dirigentes del PDC indicaron «con qué moral política pueden calificar a un candidato a la presidencia, legalmente habilitado y en forma Constitucional por el PDC. La diputada Brito puede pedir al interior de su partido lo que crea conveniente en contra o a favor de militantes de su partido, pero no inmiscuirse como sancionadora de una determina conducta u opinión de un candidato opositor menos incumplir la Ley de Partidos y el Régimen electoral».
De todas maneras, el candidato del PDC salió del anonimato a ser figura cuestionable, comienza a ser conocido a nivel nacional por sus «alocadas», «inverosímiles», declaraciones y opiniones respecto al derecho de género y preferencias sexuales de cada persona.
Ambos deberían poner en práctica, en determinadas ocasiones, tanto el candidato Chyun como la diputada Brito, un refrán que dice «en boca cerrada no ingresan»… elefantes.