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viernes, marzo 29, 2024
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Democracia, libertad de expresión, debates

La democracia tiene como pilar fundamental la libertad de expresión. En los procesos electorales es importante su concurso para que el pueblo tenga información veraz, objetiva, oportuna, imparcial.

En toda elección -cuando se trata de comicios para elegir al Presidente, Vicepresidente, senadores y diputados- es necesario el debate de ideas fuerza, propuestas y posición frente a los principales temas nacionales e internacionales.

En Bolivia durante los últimos tres lustros no hubo debate, el Movimiento Al Socialismo se negó exponer sus propósitos y programas de cara al pueblo.

Después de 14 años, la ciudadanía se entera los motivos del MAS para no debatir y que están en sus vínculos con los cocaleros y la producción ilegal de la coca, así como su inclinación por los sistemas políticos que rigen en Cuba y Venezuela.

Al presente con mucho acierto, esfuerzo y algunos tropiezos se logró reponer los debates políticos. Las bases y modalidades escogidas probablemente fueron necesarias por las circunstancias, aunque dejaron vacíos previsibles. En ninguno de los debates se logró los objetivos que se deseaba, pero permitieron mostrar las necesidades del país, identificar prioridades y, lo más importante, coincidir en que la democracia y el respeto a la ley son el único camino pacifico para Bolivia. Es verdad que el encuentro de los candidatos políticos se alejó de las formas tradicionales de los debates, porque no se dio la posibilidad de la confrontación de posiciones. De todas maneras, la estrategia para que el pueblo se entere sobre las debilidades y fortalezas de los candidatos se logró, mediante una amplia red de medios de comunicación.

Un debate ideal es un recurso que permite la exposición y discusión de propuestas, ideas u opiniones. La palabra debate proviene del Latín «debatiere», que significa discutir, refutar con argumentos.

Para que se dé un debate esclarecedor son necesarias algunas condiciones, la principal que los representantes de las diferentes corrientes ideológicas estén dispuestos a concurrir para plantear Hipótesis y soluciones a requerimientos y necesidades del pueblo. Lo lamentable es que no hubo esa predisposición en algunos candidatos. Esta forma de comunicación es gran oportunidad para que los líderes puedan persuadir a los indecisos sobre sus ofertas, conformar a sus adherentes y ganar más adeptos por la calidad de sus proposiciones, la erudición en los temas y su capacidad de convencimiento. En las emulaciones de debate que se realizaron, destacaron los candidatos Carlos Mesa y Tuto Quiroga por sus exposiciones. Los demás mostraron apasionamiento, deseos de mejorar la situación del país y buenas intenciones.

Los ausentes merecen consideración aparte, por los motivos que los indujeron a no exponerse. En el caso del candidato Camacho, puede decirse que se marginó y dejó pasar una gran oportunidad para mostrar a occidente y a todo el país, las razones por las que en Santa Cruz tiene respaldo.

En cuanto al candidato Luis Arce, era previsible que evite enfrentarse al pueblo en un ambiente abierto e imparcial, donde con seguridad se le iba a pedir rinda cuentas de una serie de cuestionamientos, entre ellos, el económico. Las cifras son elocuentes, de los miles de millones de dólares que el país obtuvo por venta de gas durante los 14 años de gobierno, y el millonario despilfarro, Bolivia tiene la deuda externa más alta de la historia, además de una deuda interna sin precedentes.

Arce fue el encargado de manejar la economía durante el régimen del MAS, no explicó qué se hizo con más de 70 mil millones de dólares. ¡Cómo podría explicar el gasto de millones de dólares en canchitas!, o el palacio de Evo, su museo, los monumentos a los padres del expresidente, la compra de aviones y helicópteros para los paseos, o su negativa a aumentar el presupuesto de salud y dotar al país de los hospitales necesarios, cuya falta se ha comprobado con la epidemia de coronavirus que se llevó más de ocho mil vidas en el país. Frente a esa realidad, para disimular apeló a un remedo de debate de la FAM-CUB, organizado y auspiciado por afines al masismo.

De todas maneras, debe insistirse en la voluntad de reponer el debate como medio imprescindible de contacto entre electores y candidatos. Desde luego que una jornada de esta naturaleza no será decisiva para volcar la opinión pública, pero sí es uno de los escenarios mediante los que se puede conocer calidad, conocimiento, bondad, acierto y debilidad de aquellos que aspiran a contar con el voto y confianza de la ciudadanía.

Lamentable que los candidatos no se hayan referido al rol de las nuevas generaciones y las premiosas necesidades de combatir el COVID-19, lo incendios, y la inmediata innovación económica. La reducción necesaria de los impuestos del IT, de transferencia de bienes inmuebles, que está agobiando a los emprendedores y a quienes, por culpa de la pandemia, ingresaron en cuarentena por fuerza mayor que paralizo las actividades de producción y servicios y que a muchos los llevó a la quiebra. Por ello la pregunta ¿Quién gano en los debates?

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