Tomando como cierto, y admitido por los estudios del Gobierno y de organismos internacionales que una parte de la coca se destina a fines ilícitos, existe una directa consecuencia que no puede ser apartada de las conclusiones a que llegue cualquier análisis frío. Una de las conclusiones es la vía del narcotráfico que se sirve de todos los medios a su alcance para pasar, para lo cual logra pervertir a funcionarios de todo rango. Asimismo, las débiles tareas de prevención no alcanzan, mientras se empodera más el crimen organizado.
Para nadie puede estar ajeno el hecho de que el narcotráfico para evadir los controles de la ley recurre al poder establecido, a funcionarios venales, a empleados necesitados y entre este conjunto destacan aquellos que de una u otra manera deben cumplir tareas de interdicción contra el tráfico de estupefacientes. En algunos casos los narcotraficantes logran mucho más al comprometer directamente a funcionarios claves, como jueces, fiscales, policías, pilotos de aeronaves, etc. Los ejemplos son muchos en la larga lucha contra las drogas, que cada vez es más costosa y compleja, y requiere de esfuerzos conjuntos de los organismos especializados de varios países.
Desaprovechar la experiencia, contactos, recursos y medios en esta lucha desigual, sin duda puede generar susceptibilidades. Precisamente en estos momentos, la penetración del narcotráfico en la institucionalidad del Estado, obliga al Gobierno a desarrollar descomunales operativos. Se inició un despliegue militar y policial que movilizó a casi 250 efectivos entre militares y policías para ocupar dos aeropuertos en Beni como parte de la lucha contra el narcotráfico. De hecho, han sido militarizadas las terminales aéreas de Trinidad y Santa Ana del Yacuma. En el operativo, en las primeras acciones fueron retenidas alrededor de 130 avionetas que serán sometidas a prueba de micro aspirado para determinar si fueron usadas para transportar droga. Los militares también requisaron hangares y realizaron sobrevuelos en esa región para buscar pistas clandestinas de donde parten avionetas con droga.
Aunque, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, reveló que se encontraron dos avionetas sospechosas de transportar droga y una clonada, en el operativo antidroga que se realizó en las ciudades de Trinidad y Santa Ana de Yacuma, en el departamento amazónico del Beni.
Este operativo se produce pocos días después de conocerse un informe que revela que unas 30 avionetas salen diariamente de Beni cargadas con hasta 500 kilos de droga con destino a Brasil y Paraguay. La intervención en ambos aeropuertos contó con la participación de los Ministerios de Gobierno, Defensa y Justicia y se emplean casi 200 afectivos de las Fuerzas Armadas, 40 policías antidisturbios, además de varios fiscales. El Gobierno adelantó la posibilidad de que esta misma acción se replique a las pistas de otras poblaciones del departamento, mientras la intervención militar continuará pese a que ha paralizado por completo los vuelos que se realizan al interior de Beni.
La magnitud del operativo, acorde a la cada vez mayor dimensión del narcotráfico y los escándalos que genera, obligan a pensar en un redimensionamiento de lucha contra el narcotráfico como política de Estado que junto a la interdicción busque recuperar la institucionalidad seriamente afectada en el sistema judicial, en la Policía, y en todas las entidades estatales que se han visto tocadas por este flagelo que tiene como uno de sus orígenes a los excedentes de los cultivos de coca. La erradicación de los cultivos ilegales debe ser más efectiva y real, ya que, en la actualidad, las hectáreas reducidas se reemplazan por otras, y año tras año se habla de los éxitos en la erradicación, pero los controles satelitales testifican que la coca continúa creciendo, más aún cuando el gobierno autorizó la ampliación de las áreas legales de cultivo.