En la recta final de las elecciones, el relato de Morales y su compañía de encuestadoras van camino al fracaso. La hipertrofia de su ego, le impide ver la crisis moral en la que ha sumido al pueblo mermado su reelección.
Las encuestadoras pro oficialistas, le ocasionaron a Morales, al vice García, a sus ministros, parlamentarios, tal confusión y temor que hasta el sudcoreano Chi los va opacando.
Los del MAS deberían preferir decirles a las encuestadoras «Cies Mori», «Tal Cual» y a la «Colombiana», «compadres mejor se alejan que nos están jodiendo».
Morales desperdició una oportunidad política incomparable para transformarse en un buen conductor. A cambio, prefirió revolotearse entre cleptócratas, los masistas, como masa ideologizada, indulgentes con la corrupción organizada y sistematizada por tantos años de descontrol, se sirven de ella y la han expandido a todas las instituciones del Estado. Sus actitudes irresponsables, retorcieron la realidad y la Ley para satisfacción de sus intereses particulares.
Morales practicó la necrofilia política, desprecio a la intelectualidad y capacidad que da la academia, prefiriendo crear una disfuncionalidad política grave: la soberbia como política de Estado. Su legado de la división, su deslealtad con la Constitución, su irrespeto con la decisión soberana del 21F, su demagógica e inconducta frente a los incendios en la Chiquitania, han causado su debacle. Los ciudadanos consientes ya no aceptan abocar a Bolivia, una vez más, al desgobierno, la corrupción y el despilfarro.
El pueblo, los compatriotas, ya no tiene la prerrogativa de equivocarse impunemente, debe responder sobre a quién elige y controlar hasta el último minuto del día su voto.
El 20 de octubre el ciudadano, en lugar de vivir de la historia, tiene en sus manos hacer Historia con su Voto. Muy a pesar de las encuestas prefabricadas, de la vergonzosa dependencia de algunos medios de comunicación de la pauta publicitaria oficial que les condiciona y orienta, la generación del presente y futuro les clama, reclama, que el voto sea contra quien intenta vulnerar todo principio legal, por eso, el voto oculto, el flotante y el indeciso, son los que tienen el poder para gravitar en la decisión final, a estos compatriotas, a los pocos medios de comunicación independientes que lograron recuperar el estado de Derecho hace 37 años, y a los que están defendiendo la consolidación de la democracia, las páginas de la Historia les otorgará gratitud y sus desvelos estarán llenos de esperanza en el resurgir de una Bolivia, libre, soberana e independiente.