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miércoles, abril 24, 2024
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Día Internacional de la Democracia

Cada 15 de septiembre se celebraría el Día Internacional de la Democracia, por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. La democracia es un ideal universalmente reconocido y un objetivo, que se basa en valores comunes compartidos por los pueblos de la comunidad mundial, cualesquiera sean las diferencias culturales, políticas, sociales y económicas. En Bolivia, el proceso democrático está en riesgo. Lamentablemente, las distorsiones a la democracia y al estado de derecho están llevando a la sociedad a una permanente confrontación y a un atropello de las libertades. Es urgente una toma de conciencia sobre los valores de vivir con el pleno goce de los derechos y garantías para todos los ciudadanos.

Por ello, en la actual situación es necesario que todos defendamos los principios contenidos en la declaración universal de la democracia, que propugna que es un derecho fundamental del ciudadano, que debe ejercer en condiciones de libertad, igualdad, transparencia y responsabilidad, con el debido respeto a la pluralidad de puntos de vista, y en el interés de la comunidad. Cada año la ONU escoge un principio. Para 2022 es Proteger la Libertad de Prensa para la Democracia. Hoy en Bolivia la libertad de expresión está en riesgo. Es necesario comprender que este es un derecho de todos que debe ser defendido.

Uno de los compromisos de todos los ciudadanos y las instituciones, debe ser defender las bases de la Declaración, que condensa el ideal para el verdadero respeto a los derechos universales. Por ello este documento afirma que la democracia es tanto un ideal a alcanzar como un modo de gobierno que se aplican de acuerdo a modalidades que reflejan la diversidad de experiencias y de particularidades culturales, sin derogar los principios básicos que son reconocidos internacionalmente. Como ideal, la democracia trata fundamentalmente de mantener y promover la dignidad y los derechos fundamentales del individuo, para lograr justicia social, fomentar el desarrollo económico y social de la comunidad, fortalecer la cohesión de la sociedad, impulsar la tranquilidad nacional, así como crear a un clima favorable para la paz internacional. Como una forma de gobierno, la democracia es la mejor manera de lograr estos objetivos, es también el único sistema político que tiene la capacidad de autocorrección.

La democracia se basa en la existencia de instituciones bien estructuradas y con buen funcionamiento, así como en un cuerpo de normas y reglas y en la voluntad de la sociedad en su conjunto, plenamente consciente de sus derechos y responsabilidades. Se trata de las instituciones democráticas para mediar en las tensiones y mantener el equilibrio entre las aspiraciones competidoras de la diversidad y la uniformidad de la individualidad y la colectividad, con el fin de mejorar la cohesión social y la solidaridad. La democracia se funda en el derecho de toda persona a participar en la gestión de los asuntos públicos, por lo tanto, requiere la existencia de instituciones representativas en todos los niveles y, en particular en el Parlamento en el que todos los componentes de la sociedad estén representados con las competencias necesarias y medios para expresar la voluntad del pueblo, legislando y controlando la acción gubernamental.

Entre otros fundamentos, se postula el fortalecimiento de instituciones judiciales y mecanismos de control independientes, imparciales y eficaces, como garantía para el Estado de Derecho en el que la democracia se funda. Para que esas instituciones y mecanismos puedan cuidar plenamente del respeto de las normas, debe lograrse mejorar la equidad de los procedimientos y reparar las injusticias, debe ser el acceso de todos a los recursos administrativos y judiciales sobre la base de la igualdad y el respeto a las decisiones administrativas y judiciales tanto por los órganos del Estado y representantes del poder público y cada miembro de la sociedad.

Si bien la existencia de una sociedad civil activa es un elemento esencial de la democracia, la capacidad y la voluntad de las personas a participar en los procesos democráticos y tomar decisiones de gobierno no puede darse por sentado. Por ello es necesario establecer condiciones que lleven al ejercicio auténtico de los derechos de participación, eliminando a los obstáculos que impidan, obstaculicen o inhiban dicho ejercicio. Es indispensable la mejora permanente de, entre otras cosas, la igualdad, la transparencia y la educación, y eliminar obstáculos tales como la ignorancia, la intolerancia, la apatía, la falta de opciones y alternativas auténticas, y la ausencia de medidas destinadas a corregir los desequilibrios o la discriminación de carácter social, cultural, religiosa y racial, o por razones de género. Para que un estado de democracia sea duradero se necesita un clima y una cultura democráticos nutridos constantemente y reforzados por la educación y otros vehículos de la cultura y la información. Por lo tanto, una sociedad democrática debe estar comprometida con la educación en el sentido más amplio del término, y la educación cívica y en particular la formación de una ciudadanía responsable.

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