Un ambiente poco festivo se vive en la ciudad de Santa Cruz, que se debate entre celebrar o no el carnaval en parte en protesta por la detención del gobernador regional, Luis Fernando Camacho, pero también por la epidemia de dengue que afecta a ese departamento.
Tras una intensa lluvia registrada en la víspera, el cielo gris y unos vientos muy fuertes marcaron la primera mitad de este sábado, en el que está anunciado el «Corso 2023», el principal desfile dentro de las celebraciones por el carnaval en la capital cruceña, lejos de su habitual clima caluroso.
Las filas de pacientes que buscan diagnóstico o atención por contagio de dengue desaparecieron en los hospitales habitualmente concurridos en esta urbe, pero no porque la enfermedad haya remitido, sino porque es fin de semana y además un fin de semana que se extenderá hasta el próximo martes por los festivos del carnaval.
En la sala emergencias del Hospital Municipal de Niños «Dr. Mario Ortiz Suárez» las 23 camas están ocupadas por pequeños que reciben tratamiento contra el dengue.
En ese hospital la semana pasada llegaron a atender hasta 13 menores en los pasillos, y actualmente quedan tres que reciben atención en esas condiciones, además de los 23 en la sala de emergencias y otros cinco que están en terapia intensiva por dengue o complicaciones de la enfermedad, según datos a los que accedió EFE.
Algunos de los menores ingresados pasan el tiempo distraídos jugando con teléfonos móviles, otros duermen bajo la vigilante mirada de sus madres y otros más reciben atención de las enfermeras, todos protegidos por los mosquiteros instalados en cada cama.
Según información dada a conocer esta semana por el Servicio Departamental de Salud (Sedes) cruceño, el grupo etario más golpeado por la enfermedad es el de 6 a 29 años, que supone el 57 % del total de los más de 5.800 contagios acumulados en el departamento.
Aunque los menores de 5 años representan el 13 % del total de casos, las autoridades sanitarias de Santa Cruz han expresado preocupación por la mayor letalidad en ese segmento, pues el 58 % de los fallecidos en la región son menores de 12 años.
El ascenso abrupto de contagios por dengue en Santa Cruz es motivo de preocupación de las autoridades, pero también de algunos ciudadanos que se oponen a la celebración del carnaval por las detenciones de opositores y por la situación ante la enfermedad.
Aldo Sosa, un ciudadano que efectúa una vigilia junto a un grupo de personas para frenar el «Corso 2023» en el paseo peatonal «Cambódromo», lamentó que los organizadores de esa celebración insistan en su realización pese a que «el pueblo está sufriendo» y hay «una epidemia donde están muriendo niños».
El último reporte difundido el jueves por el Ministerio de Salud dio cuenta de 7.682 casos de dengue, 5.877 de ellos en Santa Cruz y los restantes distribuidos en otras seis regiones de las nueve que tiene Bolivia.
El mismo informe reportaba 26 personas fallecidas por la enfermedad, 19 de ellas en Santa Cruz.
El dengue, transmitido por la picadura del mosquito Aedes aegypti, causa fiebres altas, dolor de cabeza, vómitos y erupciones en la piel y puede ser mortal en su modalidad hemorrágica.