La tasa de desempleo en Argentina subió al 13,1 % en el segundo trimestre del año y otros indicadores laborales también evidenciaron el fuerte impacto de la crisis económica que vive el país suramericano, agudizada por la pandemia de la COVID-19.
Según informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la tasa de desempleo del segundo trimestre estuvo 2,7 puntos porcentuales por encima de la del primer trimestre y 2,5 puntos por delante de la registrada en igual período de 2019.
El informe indica que entre abril y junio pasado 1,43 millones de personas que buscaban trabajo en Argentina no tenían empleo.
El incremento en la tasa de desempleo se produjo durante un período de fuerte derrumbe de la actividad económica, en medio de las estrictas medidas de aislamiento social dictadas el 20 de marzo por el Gobierno de Alberto Fernández para hacer frente a la pandemia de la COVID-19.
El ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, ya había reconocido este martes que la pandemia ha generado un «golpe fortísimo» a la economía argentina, en recesión desde 2018, con una profundización en el deterioro de los indicadores económicos y sociales, entre ellos el nivel de pobreza y de desempleo.
El Indec informó este martes que en el segundo trimestre del año el Producto Interior Bruto registró una caída interanual del 19,1 %, una magnitud de desplome sin antecedentes en la economía argentina.
Este miércoles, sin hacer referencia al aumento del desempleo, Alberto Fernández dijo en una rueda de prensa que la caída de la economía argentina era «absolutamente razonable porque es lo que pasa en todo el mundo», pero aseguró que la actividad «ya se está recuperando» y «va a crecer muy vertiginosamente» el año próximo.
Cambios en el mercado de trabajo
Según los datos oficiales, además de los 1,43 millones de personas que entre abril y junio buscaban trabajo en Argentina y no tenían empleo, en ese período se contabilizaron 1,05 millones de subocupados y 1,27 millones de personas que sí tenían empleo, pero buscaban activamente conseguir otro.
Eso implica que 3,75 millones de personas tenían problemas de empleo, cerca de un tercio de la población económicamente activa del país.
Según el Indec, más allá del alza en la tasa de desempleo, «en el marco de la emergencia sanitaria, el principal impacto sobre el mercado laboral se verificó en la dinámica de la tasa de empleo», que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total y que bajó al 33,4 %, con una caída interanual de 9,2 puntos porcentuales «impulsada por la menor proporción de personas que pudo trabajar».
El informe también destaca un aumento en la proporción de «ocupados ausentes», aquellas personas que no pudieron concurrir a trabajar por suspensiones, otras causas laborales y licencias y que alcanzaron al 21,1 % de los ocupados, cuando en igual trimestre de 2019 esta proporción era de apenas el 2,6 %.
También se incrementó significativamente el número de personas que realizó el trabajo desde su hogar, un indicador que pasó de representar el 6,5 % de los ocupados en el primer trimestre a un 22 % de los ocupados en el segundo trimestre.
Desempleo aún mayor en ciertas regiones
La tasa de desempleo del segundo trimestre aún está lejos del máximo de 24,1 % registrado en el segundo trimestre de 2002, luego del estallido de una de las peores crisis económicas, políticas y sociales que ha vivido el país.
Sin embargo, cuando se analiza el nivel de paro por regiones y conglomerados urbanos se encuentran tasas muy superiores a la media nacional.
Las ciudades con mayor índice de desempleo son Mar del Plata (26 %), Ushuaia-Río Grande (22 %), Santa Fe (20,3 %), Córdoba (19,1 %) y Rosario (17,9 %).
En el área más densamente poblada del país, el desempleo alcanzó al 11,1 % en la capital argentina y al 13,8 % en las localidades que la rodean.