El órgano electoral prevé que en la primera quincena de noviembre puedan tomar posesión el nuevo presidente, vicepresidente y Parlamento del país.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral, Salvador Romero, reconoció este lunes que el conteo de votos es lento, pero se comprometió a cerrarlo lo antes posible.
Romero dijo en rueda de prensa en La Paz que, aunque la ley permite que pueda durar hasta el próximo fin de semana, el compromiso es que los resultados estén antes, para que en los primeros quince días del próximo mes puedan posesionar las nuevas autoridades y «entren en funciones rápidamente».
Aunque comentó que una anulación de una sola mesa de votación obligaría a repetir la votación en ese caso puntual, pero demoraría el resultado final quince días.
Bolivia celebró este pasado domingo elecciones para elegir presidente, vicepresidente, diputados y senadores, con un censo de 7,3 millones de electores y una participación del 87 por ciento, por encima de la media del 80 por ciento de comicios anteriores en el país.
El presidente destacó que es una de las medias más altas en unas elecciones en Bolivia e incluso en América Latina en el siglo XXI.
A la vez que resaltó que el proceso electoral contó con una amplia afluencia de observadores internacionales que garantiza su limpieza, con un sistema de cómputo seguro pero lento, al haberse primado su fiabilidad sobre la rapidez.
El órgano electoral anunció la noche del sábado antes de la votación que suprimía un sistema provisional de conteo rápido inicialmente previsto, al acordar que era más confiable ceñirse al recuento definitivo.
Por ello, subrayó que el resultado que se va conociendo está siendo aceptado por la comunidad internacional, pues el país «necesitaba una elección segura y confiable».
El sistema electoral, advirtió, había quedado severamente dañado tras anularse los comicios de hace un año entre denuncias de fraude.