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miércoles, abril 24, 2024
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El plan de Trump para Oriente Medio pone más presión a la unidad árabe

El plan para Oriente Medio que el presidente estadounidense, Donald Trump, presentó el martes pone mucha más presión sobre la cada vez más complicada unidad de los países árabes en su apoyo a los palestinos, un tema en el que cada vez hay más diferencias de forma y de fondo.

El rechazo frontal de los países árabes que durante décadas acompañó a cualquier propuesta que no pasara por el acatamiento de las resoluciones de la ONU sobre el conflicto palestino-israelí cada vez es menos taxativo.

Incluso tres países, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Omán, mandaron ayer a sus embajadores en Washington al acto en la Casa Blanca en el que Trump desveló el plan junto al primer ministro israelí en funciones, Benjamin Netanyahu.

De Egipto a Jordania

En las últimas horas prácticamente todos los países de la región han reaccionado al anuncio del plan de la Casa Blanca, que no contempla las reivindicaciones de la vuelta a los límites territoriales de 1967 y que respalda la posición israelí a la hora de diseñar un Estado palestino muy sui generis.

Quizás el más complaciente con el plan de Washington ha sido Egipto, que llamó a israelíes y palestinos «a llevar a cabo una consideración cuidadosa y a fondo de la visión de Estados Unidos para conseguir la paz y abrir los canales del diálogo, bajo el auspicio de EE.UU.».

Arabia Saudí «valora los esfuerzos» del Gobierno de Trump y llamó a «negociaciones directas de paz entre las dos partes, la palestina y la israelí, bajo el auspicio de EE.UU.», una postura que secundó EAU a través de su embajador en Washington.

La Liga Árabe fue más dura al decir hoy que está «abierta a cualquier esfuerzo serio» para lograr la paz, aunque afirmó que el plan implicaba «un gran desperdicio de los derechos legítimos de los palestinos en su territorio».

Jordania ha sido el país más firme en su postura de una «paz completa, real y justa sobre la base de la solución de los dos Estados que ponga fin a la ocupación israelí que comenzó en 1967».

«Indudablemente hubo conversaciones antes del anuncio del plan para asegurar conocimiento o apoyo de la mayor parte de los aliados de EE.UU. en la región», indicó a Efe Timothy Kaldas, del Instituto Tahrir para Oriente Medio.

«Obviamente Jordania, dado que la mayoría de su población es de origen palestino, era más difícil y finalmente (Estados Unidos) no pudo conseguir su apoyo», añadió.

El Líbano, el otro país con una gran población de refugiados palestinos, no ha valorado formalmente la propuesta de Trump.

El presidente libanés, Michel Aoun, llamó este miércoles a su homólogo palestino, Mahmud Abás, para reafirmar la «solidaridad» y la «unidad árabe» ante el plan de paz presentado ayer por Trump y el primer ministro, Hasan Diab, tuiteó una sola frase: «Jerusalén seguirá siendo nuestra brújula y Palestina nuestra causa».

El grupo chií libanés Hizbulá, que integra el Gobierno de coalición de Diab, calificó el martes la propuesta estadounidense como el «acuerdo de la vergüenza» y consideró «traidores» a los países árabes que lo han apoyado.

Desde Damasco, el Ejecutivo sirio también expresó su «firme condena y rechazo absoluto» del llamado «Acuerdo del siglo».

El agotamiento del tema palestino

La importancia de la cuestión palestina y el apoyo a su causa se encuentra tal vez en el momento más bajo desde el nacimiento del conflicto palestino-israelí en un mundo que vivía la resaca de la Segunda Guerra Mundial.

«Parece muy claro que hay una desafección muy grande hacia el tema palestino», indicó a Efe Haizam Amirah-Fernández, del Real Instituto Elcano.

Para el analista, las causas son varias: el «cansancio» por la permanencia del asunto durante tanto tiempo, una nueva generación de líderes en algunos países árabes con otras prioridades y, como tercera causa, los conflictos y sacudidas que ha vivido la región desde el 2011 y las revueltas árabes.

«Hay otro factor añadido: por un lado, la fragmentación y enfrentamiento entre los bandos palestinos y el anquilosamiento del liderazgo que habla con el exterior», afirmó el analista.

Una unidad que se difumina

La Liga Árabe ha convocado para el sábado una reunión extraordinaria para responder al plan de Trump, pero a estas alturas todo el mundo da por hecho que el respaldo a los palestinos no va ir más allá de lo retórico y que la unanimidad no es más que una pose.

«La unidad realmente como tal no ha existido por tener un objetivo común…, ha sido retórica, desde hace décadas la unidad ha sido el resultado de que convenía usar la causa palestina para buscar legitimidad y garantizar la supervivencia de los regímenes» árabes, dijo Amirah-Fernández.

Para Kaldas, la realidad ha ido imponiendo otros temas por encima del asunto palestino en una región que vive pendiente de cuestiones como la tensión entre Arabia Saudí e Irán o el pulso entre islamistas y antiislamistas.

La cuestión de Palestina ya «no consigue la atención que una vez logró».

«Para ser justos, tampoco en el pasado el compromiso material de los Estados árabes con Palestina y su retórica han sido a menudo muy diferentes», agregó.

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