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jueves, marzo 28, 2024
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Elecciones sin normas claras

Bolivia ingresa a la recta final para las elecciones subnacionales en un ambiente de confrontación y malas mañas, olvidando que los comicios representan una parte esencial de la democracia, siempre que se respeten las normas y reglas de convivencia. Con frecuencia se confunde el proceso democrático que vive Bolivia, con la frecuencia con que el ciudadano acude a las urnas. Pero democracia implica mucho más, especialmente respeto a las leyes, a las personas y a la decisión de los ciudadanos.

Un hecho evidente es que en nuestro país prima la «ley del embudo», ancha para unos y estrecha para otros. Algunos candidatos son inhabilitados, se los acosa con la justicia, y otros permanecen en la impunidad. El director de campaña de la alianza Súmate, Mauricio Muñoz, presentó un recurso extraordinario de revisión con presentación de pruebas, tras la inhabilitación de su candidato, Manfred Reyes Villa por no haber pagado un resarcimiento de daños. «De manera formal, y tal como lo han pedido ellos, se adjuntan las pruebas de los depósitos realizados; por lo cual no existe ningún pago pendiente», señaló Muñoz en contacto con la Red Uno. El TSE inhabilitó la candidatura de Reyes Villa a la Alcaldía de Cochabamba «por no haberse acreditado el pago total de la obligación», dice la resolución. Algunos constitucionalistas hicieron notar la forma como se actúa contra algunos candidatos y la pasividad en otros casos, que debían ser inhabilitados por haber estado fuera del país el último año.

Resulta sorprendente la agilidad con la que la justicia actúa en algunos casos, y la retardación en otros. Con estas actitudes se está desmoronando la confianza en la democracia, en la justicia y en estado de derecho. La democracia es un concepto amplio que implica una forma de gobierno y de organización del Estado, en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el ciudadano mediante mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad. Acudir a las urnas es una herramienta valiosa de la democracia, pero no es un sinónimo. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos inquebrantables establecidos en el contrato social, que es la Constitución Política y el ordenamiento jurídico. Pero, además, la democracia implica respeto, reglas claras y principios éticos.

Algunos políticos promueven la idea que el voto es igual a democracia. Es necesario comprender que esa es una simplificación inaceptable. Bolivia, probablemente se haya constituido en el país que en los últimos años ha gastado más en elecciones y referendos, y el proceso democrático se ha debilitado y contaminado. Cada vez las pruebas son abrumadoras. En este momento abiertamente se transgreden las normas, se habilitan candidatos que no reúnen las condiciones establecidas, y se castiga a otros; se vulneran principios constitucionales, se judicializa la política, así como las elecciones para inhabilitar a los candidatos que más respaldo ciudadano tienen, para beneficiar a los oficialistas. En este momento el mayor riesgo de las elecciones para gobernadores, alcaldes y concejales es la andanada de procesos destinados a dejar fuera a los candidatos de la oposición. No se ha logrado comprender que la democracia tiene también objetivos claros conforme se profundiza, entre ellos la seguridad jurídica, la credibilidad, transparencia, el respeto institucional, la justicia social y otras deudas con el pueblo, que todavía son tarea pendiente.

De todas maneras, Bolivia ha logrado avances importantes gracias al instrumento de las urnas, que se ha constituido en el principal escenario donde se dirimen las pugnas por el poder. Las principales causas de la confrontación, los desacuerdos y los riesgos de enfrentamiento, han sido mitigados y en algunos casos conjurados, por la voluntad ciudadana reflejada en el voto. Sin duda esta gimnasia democrática ha hecho posible solucionar gran parte de las controversias de mayor riesgo para la unidad del país, y traducen el sentimiento del pueblo boliviano que prefiere la consulta popular antes que la imposición por la fuerza. Este convencimiento obliga a que los líderes políticos y la ciudadanía en general, reflexionen sobre la importancia de las urnas, pero también sobre la necesidad de que este instrumento vaya acompañado de otros valores implícitos en el concepto de democracia. Precisamente por olvidar esos valores es que se ha desplomado la vieja estructura de los partidos políticos tradicionales, que aplastaron principios éticos y valores que tienen que estar inseparablemente unidos al actuar político en democracia.

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