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jueves, abril 25, 2024
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Empresarios ven que tomará al menos dos años recuperar la economía boliviana

La recuperación de la economía boliviana, en declive desde 2015 y agravado con la crisis política y social de 2019 y la pandemia de la covid-19 en 2020, tomará al menos dos años si se hace «lo que se tiene que hacer», consideró el máximo representante de los empresarios privados, Luis Fernando Barbery.

En una entrevista con Efe, el presidente de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB), la mayor patronal del país, hizo un balance de la situación del sector, afectado aún por las consecuencias de la pandemia y la crisis de 2019.

«Si hacemos lo que se tiene que hacer (…) son mínimo dos años siendo optimistas para estar otra vez a un ritmo expectable. Pero si no va a tomar más tiempo, por eso digo que todo depende de cómo el país consigue financiar recursos para inyectar a la economía», sostuvo Barbery.

Para el representante, aquellos países que pudieron «inyectar» a sus economías más recursos de los que Bolivia pudo tienen «un mejor horizonte por el esfuerzo que han hecho».

Consecuencias

El empresario señaló que los últimos han sido «años difíciles en lo económico y lo político», con unas elecciones anuladas en 2019, la renuncia del entonces presidente, Evo Morales, que derivó en una fuerte crisis y la instalación del Gobierno transitorio de Jeanine Áñez.

«Y muy enseguida, en 2020 ya tuvimos a partir de marzo las cuarentenas rígidas que paralizaron totalmente las actividades de casi todos los sectores de la economía», lamentó.

Mientras el Gobierno transitorio entregó bonos sociales para «paliar las necesidades más urgentes», los privados siguieron pagando sueldos a sus trabajadores durante cerca de cinco meses en los que hubo cuarentenas rígidas y flexibles en las que «las actividades económicas no se llevaban adelante como es tradicional», dijo.

Barbery recordó que en 2020 la economía boliviana llegó a decrecer un 11 % y se perdieron unos 400.000 empleos, a lo que se debe sumar las 150.000 personas que se calcula que ingresan al mercado laboral anualmente «y si no se les da una ocupación a través de la economía formal, se van a la informalidad».

Las actividades decrecieron unas más que otras, provocando una situación «de incertidumbre» y «mucha preocupación con relación al futuro», manifestó.

Entre los sectores más golpeados están la construcción, cuyo nivel de actividad cayó en más del 30 %, la minería, el turismo y la hotelería, mientras que la gastronomía pudo reactivarse «un poco» gracias a los envíos a domicilio.

«La economía actualmente está en una situación muy difícil, todas las actividades han sufrido y nosotros, con la pandemia todavía siguiéndonos (…) estamos muy preocupados porque tenemos que hacer algo al respecto más rápido», afirmó.

El Gobierno de Luis Arce responsabiliza a Áñez por el deterioro económico, si bien el declive se empezó a notar desde 2014 tras alcanzar un pico de crecimiento de 6,8 % en 2013.

Según Barbery, la economía boliviana marchó bien mientras las exportaciones de gas natural, el producto estrella de exportación, «estaban en buen nivel hasta el año 2014».

«A partir de 2015 hemos visto que la economía empezó a frenarse, gradualmente iba creciendo menos», hasta que en 2019 se llegó a un 2,2 % y la parálisis a causa de la pandemia «terminó de hacer colapsar nuestra economía», señaló.

Críticas y propuestas

En sus seis meses en la Presidencia, Arce impuso algunas medidas que contrariaron a los privados, como retomar el control de las exportaciones de algunos alimentos para garantizar el abastecimiento interno a precios justos y la anulación de la autorización de pruebas con semillas transgénicas para varios cultivos.

«Uno no sale del desconcierto» ante estas decisiones «porque Bolivia lo que necesita es trabajo» y mercados para vender su producción, manifestó Barbery.

El empresario justificó que el mercado local es reducido, por lo que se necesita «buscar mercados afuera», mientras que el uso de biotecnología mejoraría la producción agrícola y las exportaciones serían más competitivas.

«Si exportamos más, vamos a traer más divisas, que es lo que más necesita el país ahora que estamos con nuestras exportaciones de hidrocarburos muy disminuidas», consideró.

La CEPB convocó la semana pasada a un congreso empresarial para debatir sobre salud y economía, temas que los privados consideran de prioridad.

Entre otros, se planteó poner en marcha «un plan de salvataje, sostenimiento y creación de empleos» que será compartido con las autoridades nacionales.

Acelerar la vacunación contra la covid-19, inyectar recursos «para que fluyan al sector productivo y se pueda reactivar» más rápidamente la economía, cuidar los empleos y combatir el contrabando son algunos asuntos que se deben atender urgentemente, según Barbery.

«Estamos en una crisis muy aguda y hay muchos lugares por dónde atacar para controlarla», concluyó.

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