7 C
La Paz
jueves, marzo 28, 2024
InicioBoliviaEnkarte, una cruzada boliviana ambiental y solidaria con muebles de cartón

Enkarte, una cruzada boliviana ambiental y solidaria con muebles de cartón

El cartón reciclado es el principal aliado del boliviano Jorge Burgoa en su cruzada por generar consciencia ambiental y solidaria mediante la fabricación de muebles de ese material para ayudar a personas de escasos recursos.

Bajo las enseñanzas de sus padres de ser solidarios con los más necesitados y amar al medioambiente, Burgoa gestó Enkarte, una organización sin fines de lucro que es «un sueño» que tenía desde su infancia, según comentó a Efe.

Con Enkarte, el emprendedor se propuso generar «conciencia ecológica y social a través de talleres y la elaboración de muebles, accesorios y juguetes de alta resistencia con el aprovechamiento de materiales desechables, principalmente el cartón».

«Desde un principio yo tenía muy claro con quiénes iba a trabajar, con personas necesitadas que no tienen recursos, de ahí que he ideado la técnica» para fabricar los muebles, explicó Burgoa.

El desarrollo de la técnica le tomó tiempo porque le puso «mucha empatía» para que la pueda aprender y aplicar cualquier persona.

«Lo primero que he pensado es qué haría un chico de calle que no tiene los recursos, que la sociedad le cierra las puertas y no tiene acceso a un libro, a una biblioteca o al internet», dijo.

Burgoa aseguró que los muebles que fabrica son resistentes «porque por dentro tienen pedacitos de cartón que están ensamblados apoyados unos a otros», cada uno con características diferentes.

Su primer mueble es una mesa-escritorio que le tomó dos meses de trabajo, aunque hoy puede hacerla en dos días, y que lleva consigo a todas partes porque «todavía está a prueba», aseguró.

Y es que sus muebles tienen una garantía de tres años, que su mesa-escritorio ya ha superado con creces.

Inicialmente, cuando empezó hace siete años Burgoa combinaba las actividades de Enkarte con su trabajo como diseñador gráfico en una editorial de Cochabamba.

Pero luego se dio cuenta «de que hacía falta más de mi esfuerzo», porque empezó a trabajar con niños de la calle y fue entonces que decidió renunciar «absolutamente a todo» para entregarse por completo a su emprendimiento.

Esto le valió incluso perder a familiares y amistades que no comprendieron que su «amigo oficinista» que trabajaba en una empresa grande «de pronto esté rebuscando en los basureros».

Y es que los primeros cartones que empleó los buscó en los contenedores de basura para demostrar «que se puede hacer un proyecto desde menos cero».

Burgoa confesó que al principio sintió algo de vergüenza por tener que buscar entre la basura, pero fue vital el apoyo de sus hijos, Jorge y Adrián, quienes le impulsaron a sacar adelante Enkarte cuando todos los demás dudaron o se alejaron de él.

Según Burgoa, los muebles de Enkarte tienen un diseño minimalista y modulable, ya que no tienen ornamentos, se pueden acomodar a cualquier espacio y tienen un tamaño estándar que permite que se los pueda apilar o generar distintas formas.

Además, son «multifuncionales» porque cada pieza debe cumplir mínimamente tres funciones, como su mesa-escritorio, que también puede servir como sillón y estante, según como se la acomode.

Los muebles más pequeños son unos cubos que pesan menos de un kilo y soportan hasta 150 kilos de peso, diseñados sobre todo para niños, y también fabrica estantes, sillas, sillones y camas, entre otros.

Con la premisa de ir donde le llamen, Burgoa ha llegado con sus talleres a varias regiones de Bolivia y a países como Argentina y México.

El compromiso de quienes aprendan la técnica es «el de réplica constante», pues mientras más gente pueda fabricar estos muebles, Burgoa se siente realizado.

«Tengo bien claro que no soy empresa, asociación, ni fundación, no genero recursos, no tengo fines de lucro (…). Lo que estoy haciendo es familia», remarcó.

Burgoa también ha dado terapias ocupacionales para rehabilitar a personas con alcoholismo, drogadicción o en situación de calle, lo que le llena de satisfacción.

También emprende diversas campañas para hacer muebles para personas damnificadas por desastres naturales, dar talleres en las cárceles, recolectar ropa abrigada para la gente de la calle o material escolar para niños de escasos recursos, entre otras.

Su nueva campaña se llama «Desmadres», con la que espera llevar su técnica de fabricación de muebles de cartón a muchos más lugares, sobre todo a Europa, desde donde le han escrito para que enseñe a voluntarios de diversas fundaciones.

«Si puedo llegar a Europa y puedo enseñar a fundaciones con voluntarios, esto se va a expandir todavía más rápido y va a ser más grande y más útil», sentenció.

ARTÍCULOS RELACIONADOS

MÁS LEÍDAS

- Publicidad -