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jueves, marzo 28, 2024
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Equilibrio de género en cúpula de la UE, asignatura pendiente

Laura Zornoza

La paridad a la hora de configurar la cúpula de las instituciones comunitarias es una de las grandes asignaturas pendientes de la Unión Europea (UE), un criterio que está más que nunca en el punto de mira por el auge del movimiento feminista y que en realidad depende de las propuestas de cada país.

La presencia igualitaria de candidatos hombres y mujeres a presidir la Comisión, el Parlamento, el Consejo y el Banco Central Europeo, además del puesto de alto representante para la Política Exterior, será uno de los factores que guiarán las nominaciones que hagan los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.

Los países designan y el Parlamento Europeo confirma algunos de los nuevos cargos (el presidente de la Eurocámara lo elige esa institución y para el del BCE los líderes sólo consultan al Parlamento), que en la práctica están interrelacionados para respetar un equilibrio geográfico y entre familias políticas y, en esta ocasión, también de género.

Por el momento seis hombres (dos de cada una de las tres grandes familias políticas) encabezan estas negociaciones, aunque el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, insiste en que hay una mayoría en la mesa de líderes a favor de que mujeres ocupen, al menos, dos de los cinco puestos que se renuevan.

La analista Laeticia Thissen, de la Fundación Europea de Estudios Progresistas, señala que con el actual desequilibrio entre hombres y mujeres en el Consejo, con solo cuatro mujeres como máximas representantes de hasta 28 países, «no es una sorpresa que el liderazgo europeo refleje una composición similar».

«El sistema al completo debe ajustarse para crear un espacio para una representación nueva y más directa, a través de estructuras e instrumentos políticos incluyendo cuotas obligatorias de género», dijo Thissen.

El equilibrio de género en lo más alto de la cúpula europea lleva décadas siendo una asignatura suspensa para el bloque comunitario.

Nunca una mujer ha presidido la Comisión (13 presidentes desde 1958), el BCE o el Consejo Europeo, y solo dos lo han hecho en el Parlamento (de un total de 26 presidentes electos desde 1979).

En 2014 el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se vio obligado a dar un toque a los Estados miembros y reclamarles que propusieran más candidatas mujeres para ser comisarias: solo dos de un total de 28 (Italia y Bulgaria) habían propuesto nombres de mujeres a principios de julio de 2014.

«Cuesta pensar que la Eurocámara vaya a dar luz verde a una Comisión Europea con menos mujeres que la actual», advirtieron entonces fuentes del gabinete del presidente.

Acabaron siendo nueve mujeres frente a las siete de la Comisión anterior. En esta ocasión, el presidente saliente del Ejecutivo comunitario quiere que las mujeres sean al menos la mitad de los miembros de la futura Comisión (esto es, 14 de 27 si el Reino Unido sale de la UE antes de la próxima legislatura), pero la decisión final recaerá sobre cada Gobierno.

El género es uno de los criterios a la hora de armar el puzzle pero, según apuntan fuentes diplomáticas, podría no ser el definitivo.

«Es muy importante buscarlo, que intentemos que el género sea un elemento importante, pero si luego al final en vez de ser dos y dos son tres hombres y una mujer, o tres mujeres y un hombre, me parece que no es el elemento del sí o el no», señalan estas fuentes.

Con la cumbre de junio a la vuelta de la esquina, esta semana se antoja clave para aclarar las estrategias y alianzas de cada partido político frente a la negociación que debe resolverse en las próximas semanas.

Mujeres como la danesa Margrethe Vestager, la búlgara Kristalina Georgieva o la lituana Dalia Grybauskaité figuran en las quinielas, pero la responsabilidad recae sobre los Estados miembros.

Organizaciones como el Lobby Europeo de Mujeres (LEM), una ONG que coordina asociaciones de mujeres en toda la UE, reclaman que el futuro Ejecutivo comunitario incluya a un comisario que trabaje únicamente en materia de igualdad y derechos de las mujeres, con los «recursos adecuados» para cumplir con esta tarea.

Así lo explica a Efe Catríona Graham, coordinadora de campañas de esa organización, que apunta a que durante la próxima legislatura «habrá oportunidades para actuar» en áreas como la erradicación de la violencia contra las mujeres o contra la feminización de la pobreza.

«Hemos llegado a un momento en el que ya no hay más excusas. Si queremos rectificar la ralentización del progreso hacia la igualdad de las mujeres, la voluntad política debe estar a la altura de los valores europeos y seleccionar a alguna de las mujeres con experiencia y altamente competentes para ser líderes», afirma.

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