La presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la ecuatoriana María Fernanda Espinosa, advirtió ayer en Bolivia de que será «literalmente imposible» alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 sin la participación plena de las mujeres.
Espinosa se refirió al asunto en la conferencia «Derechos de las mujeres y desarrollo sostenible» que ofreció anoche en la casa de Gobierno de La Paz, con la presencia del vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, y el canciller del país, Diego Pary, entre otras autoridades.
«Sin la plena participación y el liderazgo de las mujeres va a ser literalmente imposible alcanzar los objetivos de desarrollo de la Agenda 2030», afirmó la excanciller ecuatoriana.
Espinosa sostuvo que, aunque parezca obvio, es necesario repetirlo porque «lamentablemente millones de mujeres en el mundo enfrentan cotidianamente la vulneración de sus derechos».
La presidenta de la Asamblea General recordó, entre otras cifras «alarmantes», que una de cada tres mujeres y niñas ha experimentado alguna forma de violencia física y sexual.
También remarcó que la situación en América Latina y el Caribe en cuanto a feminicidios es «muy preocupante», pues 14 de los 25 países con las tasas más altas están en la región.
La pobreza también tiene rostro de mujer, pues mientras que el 12,5 por ciento de los hombres en América Latina no tiene ingresos propios, la cifra asciende al 29 por ciento en el caso de las mujeres, advirtió Espinosa.
Además, «se calcula que una mujer tiene que trabajar diez años más para ganar lo mismo que un hombre», agregó la ecuatoriana.
La «brecha más profunda» está en la participación política, ya que el 90 por ciento de los gobernantes y el 70 por ciento de los parlamentarios en el mundo son hombres, y la «gran mayoría» de los países «no han sido gobernados nunca por una mujer», precisó.
Esto tiene «serias repercusiones en el desarrollo de un país», pues impacta directamente en el reconocimiento y ampliación de sus derechos y «contribuye a perpetuar la desigualdad», advirtió.
Según Espinosa, alcanzar la paridad política tomará 107 años, lo que representa un retroceso frente a una proyección de 2015 que indicaba que «en 30 años se cerraría la brecha en la participación política» de hombres y mujeres.
Aunque el panorama se vea «un poco desesperanzador», Espinosa consideró que «estamos a tiempo de revertir esta realidad con la decisión política necesaria, con la acción colectiva» «Y Bolivia es un claro ejemplo de que se puede hacer. En la última década ha logrado avances enormes en la situación económica, social y en la participación política de las mujeres», resaltó.
La ecuatoriana planteó tres asuntos urgentes: erradicar la violencia contra las mujeres, aumentar su participación política y eliminar estereotipos y prejuicios en la sociedad.
Espinosa insistió en que «las mujeres son la clave del desarrollo en todos los países».
«Garantizar los derechos de las mujeres y las niñas es la única vía para obtener justicia, lograr la inclusión plena, construir economías que beneficien a todas las personas y cuidar la naturaleza para las generaciones presentes y las que vendrán», concluyó.
García Linera abordó la problemática desde un punto de vista sociológico y afirmó que en la lucha de las mujeres que buscan la igualdad, es importante cambiar leyes, «pero no es decisivo».
Según el vicepresidente, «la principal lucha está en la modificación de esquemas mentales» y otras estructuras con las que «nos educan desde que nacemos en el mundo, pero en un mundo de desigualdades y jerarquías».