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miércoles, marzo 27, 2024
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Eva Copa, la mujer que desafía al MAS en uno de sus bastiones

La política parece preparar una revancha a Eva Copa, expulsada hace poco del Movimiento al Socialismo (MAS), convertida ahora en favorita para ser la alcaldesa de El Alto, la segunda mayor ciudad de Bolivia, pero esta vez lejos del partido al que defendió tenazmente en la crisis política de 2019.

Copa, de 34 años, cuenta en una entrevista con Efe cómo planteó la construcción de una «nueva fuerza política de inclusión y participación» a diferencia del MAS donde, según comentó, un «grupo selecto» decidía las candidaturas y cargos jerárquicos con base en el «padrinazgo» y «llukerío», una palabra en aimara que denota servilismo.

La popularidad de la expresidenta del Senado y contrapeso del Gobierno interino de la expresidenta interina Jeanine Áñez en los once meses que duró, supera el 70 % y es muy superior a la del candidato del que fue su partido, según han reflejado las últimas encuestas de cara a las elecciones subnacionales del 7 de marzo.

Crisis y expulsión

«La única que sacaba cara por el MAS fui yo. Cuando nadie quería decir soy masista, he salido al frente a proteger a mi militancia», dijo Copa a Efe al recordar el escenario posterior a la renuncia de Evo Morales en 2019, cuando el exjefe de Estado salió del país y varios de sus ministros estuvieron refugiados en embajadas.

Copa consideró que en aquella ocasión hubo «una renuncia forzosa» del expresidente con «indicio de golpe» de Estado y recordó que ese tiempo en El Alto «las cosas estaban muy mal» con «detenciones» y «torturas» a los que se opusieron al Gobierno de Áñez.

La candidata a la Alcaldía alteña consideró que en ese momento optó por permanecer en Bolivia y no integrar las comisiones que viajaban a reunirse con Morales a Argentina.

A su juicio, aquellas delegaciones llevaban «solo mentiras» que terminaron por «envenenar» al exmandatario.

«Antes que ser fiel a alguien hay que ser fiel a su pueblo», reflexiona Copa con seguridad al recordar aquel momento que anticipaba una lenta salida suya del partido de Morales mientras ella priorizaba las negociaciones para convocar a elecciones y «pacificar» el país.

Tras dejar el Parlamento, Copa se perfiló como candidata por El Alto, inclusive no faltó quienes dentro del MAS la veían así, aunque consideró que al final no supieron valorarla, por lo que decidió ir por cuerda separada provocando que luego su partido la expulsara.

El Alto no es masista

«La ciudad de El Alto siempre ha sido rebelde», señala Copa que se niega a considerar a esa urbe como feudo político del MAS o de Evo Morales.

Ella evocó las luchas sociales de fines y principios de los 2000, antes de que Morales fuese presidente en 2006 como rasgos contestatarios de la ciudad altiplánica de un millón de habitantes mayoritariamente aimara.

«No es que El Alto sea masista (de MAS), sino es que El Alto está reclamando justicia», sentenció Copa que también apuntó que detrás están las «reivindicaciones» que en su momento ha juntado a esa ciudad con el MAS.

La candidata y su plan

Hija de una artesana y un albañil-pintor, Copa vivió junto a sus seis hermanos y desde muy pequeña colaboró en algunas faenas laborales como la venta de comida o de verduras que «fortalecieron su carácter» social y le permitió conocer las necesidades de la gente.

Eso fue lo que la animó a estudiar trabajo social e inscribirse en la Universidad Pública de El Alto con solo 14 dólares y ahí desarrollar su vocación política.

Creyente metodista y madre de dos niños, uno de 6 y otro de 3 años, recordó entre lágrimas las jornadas de 2019 en las que tuvo que apartarse varios días de sus hijos, para cumplir su rol de parlamentaria entre el miedo de la toma de su casa.

Su experiencia reciente en el MAS y la naturaleza de su profesión han hecho que se proponga la meta de promover «nuevos liderazgos» en El Alto y reemplazar a dirigentes vecinales y sindicales de más de 25 años en esa tarea que, a su juicio, «no tienen credibilidad».

Entre sus propuestas están los «equipos multidisciplinares» de trabajadores sociales, sicólogos y abogados que quiere incorporar a las escuelas para combatir la creciente violencia hacia la mujer en esa ciudad.

Mencionó que también son una prioridad los centros de acogida para niños, adolescentes y ancianos, la construcción de un hospital pediátrico, la digitalización de la administración municipal y el mantenimiento de vías de la ciudad.

«No quiero vender ilusiones», mencionó y agregó que el presupuesto es limitado para prometer grandes edificaciones porque «la pandemia ha pegado muy fuerte» a Bolivia que, incluso, puede provocar un «recorte económico» de presupuesto.

«Quiero que la ciudad de El Alto tenga desarrollo, quiero que sea la ciudad de las oportunidades y tenemos que llamar al empresariado privado», dijo.

Consultada si profesa los «anti» como el antiimperialismo o anticapitalismo que el MAS ha enarbolado en su ideología respondió que es el momento de «sanar las heridas» de la sociedad.

Los comicios subnacionales para elegir gobernadores, asambleístas departamentales, alcaldes y concejales para nueve departamentos y 339 municipios están confirmados para el 7 de marzo a pesar de las solicitudes de algunos candidatos para retrasarlos debido a la pandemia.

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