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viernes, marzo 29, 2024
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Festejos de carnaval, pese a las penurias

La capacidad de resiliencia del ser humano es admirable, ya que no solamente se recupera frente a las tragedias, sino que puede convivir con una o más desgracias, y al mismo tiempo festejar y hacer derroche de alegría, como en los carnavales. No es la primera vez que Bolivia sufre tragedias, y al mismo tiempo realiza festejos, ya que apenas se está recuperando de las secuelas de la pandemia, y recae con el dengue, la gripe aviar, las sequías y las inundaciones, además de los conflictos políticos y sociales. Pero gran parte de las energías recuperadas se dirigen hacia el carnaval 2023, que ha sido preparado con mucha anticipación en las principales ciudades del país.

Se trata de una tradición fuertemente cimentada en la sociedad que llegó con la colonia y se quedó nutriéndose con la cultura y peculiaridades de las diferentes regiones. Así, cada ciudad en nuestro país, tiene sus propias versiones, cada vez más alejadas de su origen pagano-religioso con el que vino desde el viejo mundo. Recordemos que la celebración del Carnaval está vinculada a la Cuaresma que se establece antes de la Pasión y Muerte de Jesucristo.

Antiguamente conservaba su sentido original con la idea de austeridad, abstinencia y ausencia de fiestas ruidosas, simbolizando el retiro de Jesús al desierto antes de comenzar su vida pública. Justo antes del comienzo de la Cuaresma, venía la etapa del Carnaval donde se pretendía saturarse de fiesta, diversión y actividades lúdicas. En las festividades actuales ambos periodos se han desvinculado y el Carnaval se celebra como un acto lúdico secular, que nada tiene que ver con la Cuaresma ni con la Semana Santa. Teóricamente, el Carnaval comenzó este año el 16 de febrero. La palabra Carnaval proviene del latín «carnem-levare», que significa «abandonar la carne».

Posteriormente surgió otra etimología que ha prevalecido en la actualidad denominada «carne-vale, que significa «adiós a la carne». De acuerdo a algunos historiadores, los orígenes de esta festividad se ubican hace más de 5.000 años en la Sumeria y el Egipto antiguos, con celebraciones muy parecidas en la época del Imperio romano. Posteriormente, se extendió esta costumbre por Europa y en América, por los navegantes españoles y portugueses a partir de fines del siglo XV. Se estima que uno de los orígenes de esta festividad se ubica en las fiestas paganas en honor a Baco, el dios romano del vino. En el año 590 D.C., el papa Gregorio reconoció oficialmente la fiesta pagana del Carnaval, con la condición de que el Miércoles de Ceniza se purifiquen los pecados cometidos durante estas fiestas.

Los etnólogos consideran que en la celebración del Carnaval se reflejan algunos elementos de antiguas fiestas y culturas, entre las cuales se destacan las fiestas andinas prehispánicas y las culturas afroamericanas, la fiesta de invierno (Saturnalia), así como las celebraciones dionisíacas griegas y romanas (Bacanales). Actualmente el Carnaval se festeja en una fecha variable que depende del calendario lunar. Se inicia el jueves anterior al Miércoles de Ceniza, que es el día en que comienza la Cuaresma. A su vez, la Cuaresma comienza 40 días antes que la Semana Santa. Por este motivo, el Carnaval, dependiendo del calendario lunar, va a tener lugar siempre entre los meses de febrero y marzo. En 2023, el Miércoles de Ceniza es el 22 de febrero, por tanto, el comienzo del Carnaval es el jueves 16 de febrero de 2022. Se prolonga hasta el martes previo al Miércoles de Ceniza. El Carnaval es una fiesta que se celebra en todo el mundo, con ligeras variaciones en el tipo de celebraciones, que depende mucho del carácter de cada región.

Los carnavales más famosos son los Colonia en Alemania. En la ciudad de Binche, Bélgica, se celebra uno de los carnavales más antiguos que data del siglo XVI, proclamado en el año 2003 por la UNESCO como «Obra maestra del patrimonio oral e intangible de la Humanidad». Brasil, tiene el Carnaval más famoso y prolongado del planeta, y en Bolivia, Oruro ha logrado mostrar un Carnaval que se nutre de un alto simbolismo que refleja tanto la tradición colonial como de la idiosincrasia nacional y regional. Ha adquirido fama internacional y también ha sido reconocido por la UNESCO como patrimonio cultural. Pero ciudades como La Paz, Santa Cruz, Tarija, y otras han logrado mantener en el escenario esta fiesta con manifestaciones propias. En Bolivia, además de las entradas, desfiles, y fiestas, en la mayoría de las ciudades, han quedado tradiciones como el «martes de Ch’alla», único en el mundo, en el que se riegan con mucho alcohol y fe, la tierra, los bienes y la esperanza en el futuro.

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