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sábado, abril 20, 2024
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Franklin Gutiérrez pide unidad para dejar atrás una Bolivia fraccionada

El dirigente cocalero Franklin Gutiérrez hace un llamamiento a la unidad en Bolivia para dejar atrás un país que denuncia que ha quedado fraccionado tras la etapa de Evo Morales, con quien se enfrentó hasta acabar en la cárcel.

Franklin Gutiérrez recuerda en una entrevista con Efe el más de un año que pasó en prisión, hasta que su salida del penal de San Pedro le convirtió hace pocos días en el primer «preso político», como él se considera, liberado una vez que Morales salió de Bolivia.

Gutiérrez lidera en La Paz a una parte de los cocaleros bolivianos frente a los del Chapare, en otro extremo del país, afines a Evo Morales, asilado en México, y que mantienen las protestas que quedan en Bolivia contra el Gobierno interino de Jeanine Áñez.

Llamada a la unidad

Estuvo en la cárcel paceña de San Pedro acusado de la muerte de un agente antinarcóticos en una supuesta emboscada a policías en los Yungas, zona cocalera del norte de La Paz.

Su salida de prisión el pasado 14 de noviembre, dos días después de asumir el poder el Gobierno interino, fue una descarga de emociones con las televisiones en vivo mientras mostraba entre lágrimas el castillo de juguete que prometió a su hija para cuando terminara su pesadilla entre rejas.

«Han sido tiempos muy difíciles los que hemos vivido los bolivianos, como presidente de Adepcoca de Yungas he sido encarcelado injustamente por el Gobierno de Evo Morales, que ha hecho todo esto para sacarme de la dirigencia y también como candidato a la Presidencia», sentencia.

Gutiérrez, de 35 años, y la organización que dirige desde más joven, la Asociación Departamental de Productores de Coca de La Paz (Adepcoca), fueron aliados del Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales.

Pero tomó distancia tras considerar que las acciones del MAS y del Gobierno de Morales dividieron a Bolivia.

Antes que nada, el país necesita ahora «unidad» y dejar de lado las diferencias políticas por el bien de Bolivia, defiende.

Este es su mensaje con el nuevo panorama político tras la renuncia de Evo Morales a la Presidencia el pasado 10 de noviembre, forzado por las Fuerzas Armadas, y su posterior salida a México.

Gutiérrez lamenta haber «estado encarcelado injustamente» y culpa a Evo Morales, de quien dijo que hizo todo esto para sacarlo de la dirigencia de Adepcoca y para frenarlo como candidato a la Presidencia de Bolivia, por lo que su entorno, y él mismo, le consideró «un preso político».

El dirigente cocalero se postuló en 2018 para las fallidas elecciones del 20 de octubre de este año, pero su candidatura no se concretó debido a su proceso judicial.

Futuro político

Sobre la posibilidad de presentarse como candidato, en los nuevos comicios que se esperan para comienzos de 2020, dice que por ahora lo descarta y prefiere concentrarse en su familia y en su organización.

«Con todo lo que me ha pasado, como la pérdida de mi hijo, mi familia (…), el sufrimiento que he vivido en la cárcel, en este momento estoy más centrado en poder levantar la institución Adepcoca, volvernos a unificar mucho más», relata.

Su hijo menor, de 2 años, murió en noviembre del año pasado, cuando él llevaba tres meses encarcelado.

Gutiérrez insta a toda Bolivia a la «unidad», porque Morales «solo hizo dividirnos, fraccionarnos, crear paralelos de diferentes organizaciones a nivel nacional, ahora tenemos que unificarnos y pensar en el bienestar no de uno, de todos los bolivianos y de esa manera que haya unas elecciones limpias y transparentes».

El dirigente tiene la esperanza de que en un futuro haya un gobierno entre «gente honesta, que trabaje por el bien de toda la comunidad», que apoye el trabajo de Adepcoca y de la región de los Yungas.

Defensa de la coca legal

En 2017 el Gobierno de Morales aprobó una ley que aumentó la extensión legal de cultivos de coca de 12.000 hectáreas a 22.000, muy criticada por los cocaleros de La Paz que veían que se favorecía al Chapare, la región del centro del país de la que salió Morales como dirigente sindical antes de llegar al poder.

Los cocaleros del Chapare, donde Evo Morales nunca dejó el cargo de dirigente en sus casi catorce años de presidente y donde se refugió antes de salir a México, son de los pocos que mantienen las protestas en Bolivia contra el Gobierno interino de Jeanine Áñez.

Morales «aprobó una ley que beneficia directamente a los sectores excedentarios, a los sectores ilegales, aquí en Bolivia la única coca que se consume es Yungas. Se acullica (se mastica), es medicinal», argumenta.

«La coca del Chapare, de Evo Morales, nunca se ha acullicado, no sirve para derivados, exclusivamente ha servido para el narcotráfico y por eso él estando en el Gobierno lo único que quiso hacer por medio de esa ley fue querer legalizar esa coca excedentaria», señala.

El conflicto por la erradicación de esta planta en el municipio de La Asunta, por el que acabó en la cárcel, fue «porque Morales hizo ver a la Unión Europea y al resto de la comunidad internacional que estaba erradicando coca excedentaria», sostiene.

Pero denuncia que «la coca excedentaria durante estos casi catorce años nunca la erradicó Evo Morales, todo lo contrario, la protegió».

«Más bien vino a erradicar a la zona originaria, a la zona legal, y esa es la molestia de Yungas, de todo el país, por eso Bolivia ya no apoya más a Evo Morales», concluye.

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