Bolivia inauguró este miércoles la Gestión Escolar 2023 en medio del rechazo de asociaciones y de padres de familia a las modificaciones al plan de estudios y la forma cómo se quieren abordar temáticas como la crisis de 2019, mientras que el Gobierno señaló que buscan «convulsionar el país» y «afectar» el derecho a la educación.
Entre los cambios que presentó el Ministerio de Educación están nuevas temáticas como origami, despatriarcalización en la familia, alimentación saludable, técnicas de cosecha, autocontrol y justicia social, en el nivel primario.
Mientras que en secundaria las nuevas asignaturas son sexualidad humana integral, salud sexual y reproductiva, derechos sexuales y reproductivos, feminismos, además de la continuidad de contenidos sobre lengua extranjera y nativa o aspectos relacionados a tecnología.
Sin embargo, uno de los contenidos que más ha causado polémica es la forma cómo se le explicará a los estudiantes los sucesos de la crisis política de 2019 que se presentan como la «autoproclamación» de la expresidenta interina Jeanine Áñez, que a juicio del Gobierno fue un «golpe de Estado».
El Gobierno señaló que la modificación forma parte de un proceso que inició en un encuentro educativo en diciembre de 2020 y que se ha trabajado por unas 57 instituciones.
Maestros, padres de familia e, incluso, la iglesia católica consideran que los nuevos cambios no garantizan la calidad educativa, se evidencia una falta de preparación de varios de los educadores y no hay un presupuesto previsto para las nuevas asignaturas.
Uno de los principales dirigentes de los maestros de La Paz, José Luis Álvarez, manifestó a medios locales que la principal observación es que los maestros, «sin estar preparados», dicten las nuevas asignaturas.
Además, han pedido que las nuevas materias cuenten con un presupuesto y una carga horaria específicas y que estén a cargo de maestros especializados, para que los costos de contratación de los nuevos docentes no estén a cargo de los padres de familia.
Maestros urbanos de La Paz han anunciado una movilización junto a los padres de familia para la próxima semana para exigir un «mejor presupuesto para la educación» y para «rechazar» el nuevo plan de estudios.
La Iglesia católica considera que el nuevo plan de estudios «no prioriza la calidad educativa», que fue definida «unilateralmente» además que no fue bien trabajado y que incluyen temáticas «del fuero interno de la familia» como los contenidos de educación sexual.
De la misma manera, algunas agrupaciones evangélicas interpusieron un recurso ante la justicia para suprimir los nuevos contenidos al considerar que promueven la «ideología de género».
El ministro de Educación, Édgar Pary, junto al presidente, Luis Arce, inauguró el nuevo periodo escolar en una escuela pública en la cuidad de Oruro, en el que destacó el «desafío» de «ajustar» la educación con un nuevo plan de estudios.
«Hacemos un llamado a nuestros dirigentes de las federaciones (de maestros)» que «están intentando convulsionar el país (y) afectar ese derecho a la educación», señaló Pary.
El ministro recriminó que algunos sectores que aglutinan a los maestros de la educación pública se estén «negando» a aplicar los «nuevos contenidos» y cuestionó que no se valore la importancia de enseñar robótica, ajedrez o asuntos como la seguridad en las redes sociales.