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martes, abril 16, 2024
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Incumplimiento de acuerdos internacionales

El respeto a los compromisos internacionales para proteger el medioambiente en Bolivia, continúa como una cuestión pendiente que no mide las consecuencias para el futuro del país, ni los efectos inmediatos que ya se están sintiendo. Las gestiones y llamados de los ambientalistas son ignorados, y no se ven planes para acomodar las actividades nacionales a las previsiones de protección de la naturaleza. Los discursos de los derechos de la Madre Tierra quedaron solamente en eso, mientras el mundo se encamina hacia un verdadero cambio, para evitar lo que sería la peor catástrofe global. Hay algunas iniciativas que logran algunos avances, aunque también caen frente a la susceptibilidad de que queden en el camino.

Por ejemplo, un juez agroambiental del distrito judicial de La Paz, dispuso se brinde apoyo militar para resguardar el Parque Nacional Madidi, asimismo, instruyó a la Dirección Departamental paceña de la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (AJAM) a rechazar todo trámite que implique trabajos mineros en el área protegida. El fallo responde a denuncias de que en el río Tuichi, con la actividad minera ilegal se ha puesto en riesgo la vida de los indígenas de la zona y de la biodiversidad. Sobre este tema, se emitió un primer fallo el 5 de mayo, prohibiendo contratos mineros en la zona. El fallo del juez ambiental señala que se complementa las medidas cautelares de prohibición «disponiendo que la Dirección Departamental de La Paz de la AJAM, suspenda y rechace todo trámite por el cual se pretenda la otorgación de contratos mineros en el lecho del río Tuichi, que se encuentra dentro del AP-PN-ANMI Madidi». Hay escepticismo porque se logre hacer cumplir esta determinación como muchas otras referidas a la protección del Tipnis y otras zonas protegidas, pero es un antecedente que permitirá actuar, mediante las leyes vigentes, cuando se recupere la independencia judicial.

A propósito de la defensa ambiental, el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres exhortó a los ciudadanos a presionar a sus gobiernos para defender la naturaleza. «Ya se trate del aire que respiramos o de los alimentos que comemos, de la energía que nos impulsa o de las medicinas que nos curan, nuestras vidas dependen por completo de la buena salud de los ecosistemas», ha declarado el Secretario General de la ONU en un mensaje, añadiendo que, «sin embargo, nuestras acciones están devastando todos los rincones del planeta». António Guterres insta además a garantizar pautas sostenibles de producción y consumo, reorientar las subvenciones hacia soluciones ecológicas y reconocer los derechos de los pueblos indígenas. «Y hay que presionar a gobiernos y empresas para que tomen medidas más contundentes y rápidas contra la pérdida de biodiversidad y la crisis climática», afirmó.

A su vez, la directora ejecutiva del Programa de la ONU para el medio ambiente (PNUMA) Inger Andersen explicó que «la biodiversidad es la compleja red de la que depende la existencia humana», y que el objetivo del momento es «el plan global para reparar esta red y sostener toda la vida en la Tierra, incluida la nuestra. Con sólo siete años para aplicarlo, todos debemos actuar ahora. Y debemos seguir presionando hasta que nuestra red de vida esté segura», afirmó.

La agencia de medio ambiente explica que los ecosistemas generan oxígeno, proporcionan agua potable y regulan el clima. También pueden proporcionar servicios críticos, como medicinas naturales, polinización y suelo fértil para la producción de alimentos, garantizan la estabilidad del medio ambiente. Pero tanto la vida terrestre como marina, está disminuyendo más rápidamente que en ningún otro momento de la historia, lo que podría poner en riesgo el equilibrio de los ecosistemas y, por lo tanto, la vida en La Tierra.

Inger Andersen señala que «cada gobierno, cada empresa, cada inversor y cada individuo debe hacer lo que esté en su mano para proteger y restaurar la naturaleza, hacer frente al cambio climático y reducir masivamente la contaminación y los residuos»…»para unir a todos en una verdadera acción colectiva y poner fin a la triple crisis planetaria de una vez por todas», enfatizó la funcionaria internacional.

Según el PNUMA, los sistemas alimentarios son responsables de la mayor parte de los cambios en el uso de la tierra y la conversión de hábitats. Y desafortunadamente, son la principal causa de la pérdida de biodiversidad y responsables del 80% de la deforestación y del 70% del uso de agua dulce. Para hacer frente a esta realidad, el marco de orientación de PNUMA exige una gestión sostenible de las zonas agrícolas, acuícolas y forestales, la reducción a la mitad del desperdicio mundial de alimentos y una reducción significativa del consumo excesivo y la producción de residuos.

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