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sábado, abril 20, 2024
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José Valdés: «Mis últimos 100 pesos me hizo resurgir al Chasqui Delivery»

Como consecuencia de la crisis laboral -en particular en los medios de comunicación de radio de la ciudad de La Paz- obligó a José Valdés a buscar otros caminos para salir adelante, pues la pandemia del coronavirus tocó fondo en el país y los recursos económicos de su familia fueron disminuyendo poco a poco por lo que se vio obligado a salir a las calles como el «Chasqui Delivery» para realizar entregas a domicilio con las características de este personaje de la época incaica.

El Chasqui es un personaje mítico de la historia en el imperio Inca (corredor joven que llevaba un mensaje o recado en el sistema de correos del Tahuantinsuyo) con la particularidad de que portaba un pututu (trompeta de caracol para anunciar su llegada).

Con esas características el «radialista» decidió emprender un nuevo negocio para salir adelante, tras horas y horas de pensar qué haría para sacar adelante a su familia en medio de la cuarentena que se cumple en el país (ya son más de 100 días) surge la idea de emular al joven corredor y decide llevar el nombre de «Chasqui Delivery».

«Al suspender las publicidades en los medios radiales, varios trabajadores fueron despedidos por falta de ingresos. Es así que vuelva a la escena el personaje creado el año 2009 que nació en la radio. En realidad, es Condori Condori, tiene mucho tiempo que se difundía en el programa Área Cool (radio Gente). Entonces hice que renazca agregándole el nombre de Chasqui para la entrega de los pedidos que realizan las personas desde sus domicilios», apuntó.

Valdés, está casado con una ingeniera comercial quien también tenía sueños, pero nadie se imaginó que la pandemia frenaría los proyectos, además de causar muchos problemas a las familias bolivianas. Ante la necesidad de dar un paso adelante ambos colocan un puesto de comida con el poco dinero que les quedaba de los ahorros, además los bonos que recibieron también se les habían terminado, «nos quedamos con 100 bolivianos».

«De esta manera surgió la idea de vender ceviche ya que las manos de mi esposa tenían esa magia de poder preparar un plato que les gusto mucho a los paceños, y con el acople del ‘Chasqui Delivery’ se hizo más interesante», dijo Valdés.

Añadió que: «Yo no tengo moto, auto o bicicleta para ir a dejar mis pedidos, por eso lo hago a pie y camino por las calles con el fin de cumplir con lo que me piden». Valdés cree que la gente piensa que esta iniciativa es para buscar likes en las redes sociales, pero aclara que «solo es para mantener a mi familia y poder pagar los costos del colegio, ya que mis hijos están estudiando y necesitan el internet», suspira.

Todas las mañanas prepara los platos de ceviche desde su puesto de venta con el nombre «Aquisito», los clientes hacen el pedido 24 horas antes y con libreta en mano programa la ruta para la entrega y con todas las medidas de bioseguridad que exigen las autoridades, además porta un atomizador en su mochila y comienza con la entrega todos los días al igual que los fines de semana.

El camino más largo que recorrió fue hasta la zona sur desde Villa Copacabana. Ante el esfuerzo la gente le levantó pulgar y ahora muchos clientes esperan en las puertas con el celular «para comprobar» si realmente es el «Chasqui Delivery» y llega a pie.

Velasco contó que en su ruta tiene el desafío de cruzar por lugares muy peligrosos con la finalidad de llegar a su destino, «cruzar los cerros, subir largas filas de gradas con gran esfuerzo físico para cumplir mi meta, entregar lo que piden los clientes».

No queda al margen la característica de su voz, con un toque andino que te invita a escucharlo él se encarga de responder las llamadas de la manera más cordial y agradablemente, sin olvidarse del respeto, «mameta lenda, has no más to pedido, mándame to derección», expresó al atender una llamada cuando se le hacía la entrevista.

«Es una forma de contestar el celular, le da vida, para que los clientes tengan algo de alegría por todo lo que están pasando con esta pandemia», aseguró. El «Chasqui Delivery» aclaró que su forma de responder «de ninguna manera es insultar a la gente del campo en su forma de expresar por su vocabulario, para mí es realzar nuestra cultura boliviana que mucho se está perdiendo».

A pesar de perder su trabajo y ante los más de 47 mil contagios en el país con COVID-19 el «Chasqui Delivery» demuestra que «nada está perdido» y que uno puede salir adelante, encontrar las formas de sustentar a una familia y seguir viviendo para «estar junto con nuestros seres queridos».

Debido a las diferentes normas de cuarentena en Bolivia la tasa de desempleo subió hasta un 7,34 % según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE).

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