El gobierno, los municipios y algunos dirigentes vecinales se pelearon por la basura que evacúa la ciudad de La Paz. El desastre ambiental producido en el relleno sanitario de Alpacoma debería unir a los municipios, a las autoridades y a los vecinos, para evitar una tragedia y no para sacar rédito político.
El problema de la basura constituye un tema cada vez más complejo, no solamente por la magnitud de los desperdicios con el crecimiento de las ciudades, sino porque en su tratamiento intervienen criterios financieros, técnicos altamente complejos, a la vez de compromisos políticos, medioambientales y de salubridad. Inclusive está en juego la permanencia de los munícipes toda vez que los políticos, como está ocurriendo ahora en el caso del botadero de Alpacoma, aprovechan la coyuntura para sus afanes.
Dos semanas sufrió la sede de Gobierno la tragedia ambiental y mientras la basura se acumulaba en las calles y las indolentes autoridades hacían gala de su soberbia.
El Gobierno Municipal de La Paz, apeló a expertos de Brasil y Colombia, para encontrar soluciones de emergencia y determinaciones a largo plazo que garanticen el tratamiento científico de los residuos. Cuando el botadero de Alpacoma funcionaba ya 14 años, cuando se determinó su utilización solo por 13 años. Recién ante el desastre ambiental e informe de autoridades medioambientales del Gobierno Central, el alcalde Luis Revilla, emitió una resolución que define el cierre del relleno sanitario de Alpacoma y, además, la elaboración de un plan hasta el mes de marzo. Como parte de la solución se determinó la habilitación de la celda 11 para la recepción de residuos en los próximos dos meses y la realización de una auditoría ambiental.
Las calles de la ciudad de La Paz, de cerca de un millón de habitantes, acumularon montones de basura con los consiguientes malos olores y riesgos sanitarios.
El crecimiento de las ciudades ha sobrepasado las capacidades de los botaderos y los rellenos sanitarios. En el eje central del país, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz se tienen similares problemas y se debe batallar contra los nuevos asentamientos que se produjeron en inmediaciones de las zonas que hace muchos años se destinaron para depositar la basura.
Alpacoma en La Paz, K’ara K’ara en Cochabamba y Normandía en Santa Cruz son los rellenos sanitarios más grandes del país, y pueden considerarse focos de graves problemas sociales y políticos a corto plazo, ya que son susceptibles de manipulación, además de constituir problemas muy serios que no han sido encarados oportunamente, pese a las recomendaciones de la ONU y de los organismos ambientales.
Un acuerdo firmado entre el alcalde de La Paz, el opositor Luis Revilla, y el de Achocalla, el oficialista Dámaso Ninaja, ante la presencia del presidente del país, Evo Morales, permitió subsanar el conflicto en la Sede de Gobierno.
Las Fuerzas Armadas se movilizan para ayudar a recoger las cerca de 1.500 toneladas de basura acumuladas en las calles de La Paz a causa de un conflicto con el municipio vecino de Achocalla.