La viceministra de Medio Ambiente, Cinthya Silva, distanció ayer la contaminación registrada en el relleno sanitario de Alpacoma, en las afueras de esta ciudad, y los colores políticos de la alcaldía municipal y el gobierno central.
«La basura no se desliza por razones políticas, se desliza por razones de una mala gestión técnica, eso es lo que tiene que estar claro en la mente de todos los ciudadanos, del mismo alcalde (Luis Revilla), y de su equipo técnico», aseguró.
Silva explicó que, si hay un talud de un estanque con seis millones de litros de lixiviados y éste se derrumba, no es un problema político, es un asunto de gestión técnica, de supervisión, de monitoreo, de fiscalización y de seguimiento al operador.
«Entonces yo creo que debemos concentrarnos en esto, claramente hay un problema de gestión en el municipio -precisó la experta-, y hay que resolverlo para que esto no derive en mayores problemas para la ciudadanía».
La viceministra insistió en que la responsabilidad sobre la recogida y disposición de los residuos sólidos en la ciudad de La Paz es del opositor gobierno municipal de este territorio.
Añadió que para ello dispone de diferentes entidades como la secretaría de Medio Ambiente y el Sistema de Regulación Municipal, que son los encargados de hacer seguimiento al operador del relleno, cualquiera que sea él.
En correspondencia, razonó, las decisiones que se toman sobre el relleno sanitario, el proceso de cierre, el plan de contingencia ante el derramamiento ocurrido el 29 de julio son responsabilidad del gobierno municipal y es necesario que lo tome con seriedad y no minimice el problema.
La vice titular demandó a la Gobernación del departamento de La Paz que cumpla sus obligaciones y exija a la Alcaldía que entregue el manifiesto ambiental para el nuevo relleno sanitario de la urbe.
Recordó que el lunes (5 de agosto) vence el plazo que otorgó la Gobernación a la Alcaldía para entregar el manifiesto ambiental del nuevo relleno.
Demandó también Silva a la Gobernación que asuma su responsabilidad y plantee alternativas ante la crisis de la basura, al tiempo de conminar a la comuna a cumplir las normas referidas al manejo de un vertedero de residuos sólidos, además de la instalación del nuevo recinto.
El 15 de enero de 2019, el relleno sanitario de Alpacoma colapsó con el consecuente deslizamiento de lixiviados contenidos en una de sus macroceldas y el derrame de 200 mil toneladas de basura.
Esta situación obligó a la Alcaldía, controlada por la oposición, a buscar otro recinto para instalar un nuevo vertedero, el cual sería Sack’a Churu, contiguo al actual espacio, sin embargo, este todavía no cuenta con las licencias ambientales pertinentes.
Otro derrame ocurrió en Alpacoma este 29 de julio y contaminó con una mezcla de tierra y lixiviados al río del mismo nombre con la consecuente afectación a los suelos y al curso del agua.