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La Guerra del Chaco

La guerra entre Bolivia y Paraguay por el Chaco Boreal se ha constituido en el mayor conflicto bélico de Sudamérica del siglo XX. Enfrentó a dos países azuzados por intereses extranjeros, especialmente por las petroleras. Las hostilidades se iniciaron en 1932 y concluyeron el 12 de junio de 1935, con la firma de un armisticio mediado por todos los países vecinos y amigos de la región e impulsado por la Liga de las Naciones. Los desacuerdos que derivaron en el conflicto tienen un origen diverso, pero los historiadores coinciden en señalar que hubo intereses ajenos que aprovecharon una coyuntura delicada.

Para comprender mejor la situación es necesario recordar que en ese momento, Paraguay buscaba ocupar el Chaco, como consecuencia de haber sido privado de territorio tras la derrota en la guerra de la Triple Alianza, frente a las fuerzas de Brasil Argentina y Uruguay. Había perdido 160 mil kilómetros cuadrados de territorio en la región del Chaco Boreal. Brasil, que arrebató territorio a Bolivia en el Acre, en compensación le cedió parte del Chaco. Paraguay no reconocía el acuerdo y desde 1852 hubo reclamos y controversias entre Bolivia y Paraguay por ese territorio.

Hubo una serie de contactos diplomáticos, pero al mismo tiempo ambos países impusieron soberanía instalando fortines en la región. Pero en 1928 tropas paraguayas atacaron el fortín «Vanguardia» dando muerte a seis soldados bolivianos. La respuesta boliviana ha pasado a la historia tomando Boquerón, en acciones que inspiraron a escritores, poetas y compositores tanto por el heroísmo, sacrificio y el desenlace final. La guerra se desató oficialmente en julio de 1932, cuando el 8 de septiembre, 18 mil 500 paraguayos cercaron a 619 bolivianos en el fuerte Boquerón. Los soldados bolivianos resistieron hasta quedar sin recursos. Nunca llegaron refuerzos, se agotaron las municiones, se cortaron los contactos con la retaguardia, y finalmente, después de combates que se prolongaron por once días, las tropas paraguayas tomaron Boquerón. Murieron más de siete mil soldados paraguayos y 150 bolivianos. Las tropas avanzaron sobre territorio boliviano llegando hasta Villamontes, pero fueron repelidas, y cuando el ejército paraguayo comenzaba a retroceder, Chile inició negociaciones para que se logre la paz. Se sumaron Argentina, Brasil, Paraguay, Estados Unidos, y la Liga de las Naciones primero impuso un embargo de armas a los países en conflicto, y finalmente se logró firmar el 12 de junio de 1935 el armisticio, que se puso en práctica el 14 del mismo mes.

Precisamente recordando los 84 años de la paz del Chaco, los presidentes de Bolivia y Paraguay, Evo Morales y Abdo Benítez, conmemoraron el cese de hostilidades en un acto público realizado en la plaza Murillo de la sede de gobierno. Los mandatarios y ministros de ambos países instalaron en la Casa del Pueblo el primer gabinete binacional en el que buscaron impulsar acuerdos de integración y cooperación. Se han firmado seis acuerdos empresariales y 16 memorándums de entendimientos a nivel de gobiernos. Se ha manifestado un marcado interés por estrechar lazos de amistad, vínculos culturales, desarrollar acuerdos económicos y de integración, así como acciones conjuntas para luchar contra el crimen organizado. Con el objetivo práctico de concertar negocios llegó al país una comisión de 46 empresarios paraguayos que se reunieron con la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, la Cámara de Comercio y otras instituciones en el marco de la rueda de negocios.

Los presidentes de ambos países destacaron el grado de entendimiento que hoy une a los dos pueblos. Evo Morales señaló que con «profundo dolor hemos lamentado la guerra entre ambos pueblos, impuesta por intereses extranjeros que nos lanzaron a una aventura sangrienta». Dijo también que «ambos países fueron víctimas de la codicia y ambición de fuerzas extranjeras. Nuestra hermandad se consagra con proyectos energéticos hidrocarburíferos, productivos y agropecuarios», señaló.

A su turno, el presidente Abdo Benítez expresó que es necesario «no darnos más la espalda como muchos años sucedió, hoy damos la vuelta y agarrarnos juntos esos brazos de amistad para transitar juntos y buscar la prosperidad de los pueblos. Ese es mejor homenaje que vamos a dar a aquellos que dieron todo», señaló el mandatario paraguayo. Estos contactos bilaterales, que se han dado cada vez con mayor frecuencia, son una muestra de una amistad consolidada después de la guerra. Bolivia y Paraguay, en los últimos cincuenta años han avanzado notablemente en la construcción de una cultura de Paz, de un efectivo compromiso fraternal y una comprensión de la necesidad de trabajar en armonía para alcanzar objetivos superiores.

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