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viernes, abril 19, 2024
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La Paz celebra el centenario del legado fotográfico de Luigi Gismondi

Fotografías históricas como la del velorio del legendario aviador boliviano Rafael Pabón, antiguos retratos familiares y paisajes de La Paz de principios del siglo XX son parte de una muestra que recuerda el centenario del legado del italiano Luigi Doménico Gismondi y su familia.

Setenta y seis fotos del «vasto archivo» de Foto Arte Gismondi han sido elegidas para la exposición «Personajes e imágenes paceñas» con la que el estudio fotográfico fundado por el italiano en La Paz celebra sus 112 años de trayectoria, explicó a Efe la actual propietaria, Geraldine Gozálvez Gismondi.

«Hemos traído fotografías de comienzos de los años 1900 donde podemos ver personalidades, vestidos y trajes antiguos, también parte de La Paz del ayer y hoy con un montaje», indicó Gozálvez, que es la bisnieta de Gismondi.

Con la exposición se busca resaltar la centenaria trayectoria del estudio, ya que no es fácil mantener una iniciativa de ese tipo, sobre todo «ahora que la tecnología ha avanzado tanto y que todos tienen en su mano una cámara fotográfica», afirmó.

La muestra se expone en tres salones del Museo Tambo Quirquincho, una antigua casona colonial situada en el centro histórico paceño.

La historia del estudio se comenzó a escribir a principios del siglo XX, cuando Luigi Gismondi llegó a Bolivia procedente de Italia trayendo consigo «lo mejor de la tecnología existente en esa época en cuanto a máquinas y escenografía», indicó su bisnieta.

Su espíritu emprendedor y su fascinación por los viajes le llevaron a recorrer todo el país «a lomo de mula» para hacer imágenes, llegando también hasta Chile, Paraguay y Perú, según Gozálvez.

Enamorado de La Paz y sus montañas, Gismondi fundó en 1907, en pleno centro histórico paceño, su estudio fotográfico que fue frecuentado por personalidades bolivianas y familias que buscaban hacerse retratos, una tradición que perdura hasta la actualidad.

Cuatro generaciones de Gismondis se han encargado de mantener vivo el lugar, con el trabajo del fundador Luigi, su hijo Luis Adolfo, su nieta Ruth y ahora su bisnieta Geraldine.

La fotógrafa calificó de «reliquias» las imágenes elegidas para la exposición, entre las que destacan un retrato de la familia del presidente militar Germán Busch (1937-1939) y otro del italiano Rodolfo Caroli, el primer nuncio apostólico en Bolivia.

También está una fotografía del velorio del aviador Rafael Pabón, uno de los héroes bolivianos durante la guerra del Chaco librada contra Paraguay entre 1932 y 1935.

En otra imagen aparecen notables literatos e investigadores de la época, entre ellos el austríaco Arthur Posnasky, precursor del estudio de la antigua ciudadela prehispánica de Tiahuanaco.

Otro sector está dedicado a los montajes en los que el pasado y presente de La Paz se miran frente a frente, mostrando el cambio de una ciudad pequeña, con casas antiguas e incluso un tranvía, a la urbe actual llena de altos edificios, vehículos y gente.

En los retratos familiares e individuales se aprecia la moda de principios del siglo pasado, con vestidos largos y sombreros pomposos en el caso de las mujeres, y los hombres, vestidos de traje con corbatines, sombrero alto y guantes.

Según Gozálvez, Luigi Gismondi fue de los pocos fotógrafos interesados entonces en retratar a los indígenas y campesinos, que también están presentes en la muestra con imágenes como la de un anciano vestido con poncho y lluchu, un gorro de lana usado en el altiplano, o la de un productor de hoja de coca.

Además de imágenes de mujeres campesinas bolivianas y una de los indios charotes de Paraguay.

La exposición se completa con una serie de postales en blanco y negro o sepia con detalles a color pintados a mano y retratos de la familia Gismondi.

Estos fotógrafos también han sido testigos de la evolución de la tecnología fotográfica, desde las placas de vidrio usadas por su fundador, pasando por los negativos de acetato y las cámaras 35 milímetros, hasta las actuales digitales.

«Pero la técnica de los Gismondi ha perdurado», sostuvo Gozálvez para explicar que para ellos es fácil distinguir qué fotografías fueron tomadas en ese estudio y cuáles no.

Según la fotógrafa, actualmente es sencillo hacer fotos con el teléfono móvil, mientras que antes «era muy trabajoso» y complicado.

«No tenías un montón de rollo como para repetir, más aún en la época de mi bisabuelo porque preparaba el vidrio con la emulsión, dejaba secar un poco, tomaba la foto y ese rato tenía que revelarla. ¿Y qué pasaba si salía movida? Todo el trabajo perdido», agregó.

La muestra permanecerá abierta hasta el 31 de agosto.

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