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jueves, abril 18, 2024
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La producción y consumo de cocaína se dispara y diversifica

Autoridades bolivianas tomaron la iniciativa de buscar que se levante la penalización internacional que existe sobre la coca. Durante su intervención en el 66 período de sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, en Viena, Austria, el vicepresidente David Choquehuanca defendió el derecho de Bolivia a industrializar y comercializar la hoja de coca en su estado natural. Pero la ONU hizo conocer su posición, mediante un nuevo informe publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), afirmando que la producción mundial de cocaína se ha disparado drásticamente en los dos últimos años tras una desaceleración inicial causada por la pandemia de covid-19.

El Informe Mundial sobre la Cocaína 2023, detalla cómo el cultivo de coca se disparó un 35% de 2020 a 2021, una cifra récord y el aumento interanual más pronunciado desde 2016. El aumento se debe tanto a la expansión del cultivo de arbusto de coca como a las mejoras en el proceso de transformación de la hoja de coca en clorhidrato de cocaína. El fuerte crecimiento de la oferta ha ido acompañado de un aumento similar de la demanda, y muchas regiones han registrado un incremento constante de los consumidores de cocaína en la última década. Aunque el mercado de la cocaína sigue bastante concentrado en América y partes de Europa, el informe advierte de que existe un gran potencial de expansión en África y Asia.

Recordemos que ya en 2011, el expresidente Evo Morales promovió los beneficios a la salud de las hojas de coca y se planteó que se levanten las sanciones. La respuesta fue la objeción y que se mantengan las previsiones sobre los estupefacientes. El nuevo informe de UNODC afirma que se ha producido un aumento de la oferta mundial de cocaína, y que esta realidad «debería ponernos a todos en alerta máxima», declaró la directora ejecutiva de la agencia de la ONU, Ghada Waly, tras dar a conocer todos estos datos. «El potencial de expansión del mercado de cocaína en África y Asia es una realidad peligrosa. ¡Insto a los gobiernos y a otras instancias! a que examinen detenidamente las conclusiones del informe para determinar cómo se puede hacer frente a esta amenaza transnacional con respuestas transnacionales basadas en la sensibilización, la prevención y la cooperación internacional y regional», afirmó la directora de ONODC. Según el informe, en los mercados de cocaína establecidos, la proporción de la población general que consume la droga es elevada. «Pero estos mercados sólo cubren una quinta parte de la población mundial. Si la prevalencia en otras regiones aumenta, hasta igualar a los mercados establecidos, el número de consumidores crecería enormemente debido a la gran población subyacente», advierte. El informe examina la aparición de nuevos centros de tráfico de cocaína, señalando que los países del sureste de Europa y África -en particular los de África Occidental y Central- se utilizan cada vez más como zonas clave de tránsito de la droga.

El informe también señala que la desmovilización de los combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que hasta entonces controlaban muchas de las regiones cocaleras de ese país, abrió el camino a otros actores locales, exguerrilleros de las FARC o incluso grupos extranjeros de México y Europa. Además, revela que han proliferado los llamados «proveedores de servicios», es decir, grupos especializados que prestan sus servicios en todas las fases de la cadena de suministro a cambio de una comisión. «Estos grupos extranjeros no pretenden hacerse con el control de territorio. En cambio, están tratando de hacer que las líneas de suministro sean más eficaces. Su presencia contribuye a incentivar el cultivo del arbusto de coca y a financiar todas las fases del suministro», asegura el informe. Aclara que Colombia sigue dominando las rutas de tráfico América del Norte, donde la mayor parte de la cocaína es colombiana. Sin embargo, las rutas hacia Europa han evolucionado. El papel dominante de los puertos de Colombia como punto de partida parece estar disminuyendo, y los traficantes transitan cada vez más su producto por Centroamérica y otros países de Sudamérica.

El documento detalla que la cocaína procedente de Bolivia y Perú se transporta cada vez más a través de la ruta del Cono Sur a través de Paraguay y la hidro vía Paraná-Paraguay. Los grupos delictivos, a menudo procedentes de Brasil, utilizan aviones para cruzar la frontera y luego barcos por el río hasta el Atlántico. Otro dato revelador del informe es que el uso de servicios de paquetería y mensajería aumentó significativamente durante los cierres relacionados con covid-19, debido a que durante las restricciones de los vuelos de pasajeros, los traficantes no podían confiar en para transportar la droga en los aviones.

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