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lunes, octubre 2, 2023
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Las afinidades masistas se decantan

La confrontación interna en el Movimiento Al Socialismo (MAS) toma una disonancia cada vez más fuerte, pasando de los ataques e insultos a la violencia y las amenazas entre partidarios de ese partido, hoy enfrentados en una pugna por imponer una candidatura presidencial para las próximas elecciones. Las cabezas visibles de la discrepancia son el exmandatario Evo Morales y el actual presidente Luis Arce, que se lanzaron a una prematura carrera preelectoral, dividiendo las simpatías y lealtades, en medio de un resentimiento entre los principales dirigentes que tomaron posiciones junto al candidato de su preferencia. Pese a los llamados de unidad y advertencias de algunos partidarios sobre el riesgo que se cierne sobre la fuerza Política gobernante.

Ya una parte importante de las más activas organizaciones y grupos que conforman el MAS, ha tomado posición en torno a uno de los dos precandidatos, que de acuerdo con las señales que muestran mediante sus actitudes, ninguno piensa ceder, de manera que es probable que, en las próximas elecciones generales, existan dos candidaturas separadas de la misma fuerza, aunque con diferente sigla política. Parece que el conflicto se inició inmediatamente después de haber asumido funciones Luis Arce como Presidente del Estado, cuando Evo Morales aparecía dando órdenes y anunciado medidas, mostrando una impresión de que sería él, quien gobernaría detrás de la silla presidencial. Las críticas al nuevo gobierno desde la oposición y de parte de algunas organizaciones sociales y cívicas, poniendo en duda sobre quién gobernaba, fueron respondidas con algunas decisiones propias del jefe de Estado, como el nombramiento de los ministros. Evo Morales pedía el cambio de algunos ministros y Arce los ratificó. A partir de ese momento se amplió la brecha que los separa, que derivó en confrontaciones entre los seguidores de las dos tendencias, y ataques de Morales y sus seguidores al gobierno, con acusaciones sobre irregularidades y la insistencia de pedidos de alejamiento para algunos ministros.

Sorpresivamente, en lugar de que el gobierno responda, fue Pacto de Unidad de instituciones afines al MAS, y la Central Obrera Boliviana (COB), que se pronunciaron apoyando al gobierno de Arce, y advirtiendo que no permitirán «intentos de desestabilización». Como los ataques seguían, el ministro de Justicia anunció que enjuiciar al expresidente. En la pugna por ganar adeptos, la división toma mayor dimensión, como con el caso de la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia, que se dividió y ahora tiene dos máximos dirigentes, un oficialista que se eligió en un congreso en Sucre, y otro evista, que fue designado en el Chapare.

El pasado fin de semana la pugna derivó en violencia, cuando se instaló el Congreso de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb) que se inició el pasado viernes y concluyó el domingo en el coliseo Héroes de Octubre de El Alto, con un acto donde con gritos y abucheos mostraban la división que existe actualmente dentro del Movimiento al Socialismo. El viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, informó que el congreso dejó más de 450 heridos, entre ellos un policía que está hospitalizado. «Hubo violencia desmedida malintencionada. Dentro de la instalación los asistentes han empezado a botar gas lacrimógeno», dijo Ríos.

Los representantes tuvieron que abandonar el coliseo y un grupo de dirigentes afines a Evo Morales, proclamaron a un grupo de dirigentes para conducir la Csutcb.

Posteriormente se reiniciaron las sesiones y finalmente, el representante de la nación aimara, Lucio Quispe, del ala arcista, fue elegido por aclamación como nuevo secretario ejecutivo de la (Csutcb). Al concluir el congreso, el nuevo ejecutivo fue levantado en hombros. De acuerdo a una nota de ERBOL, Quispe es originario de la comunidad Chijipata en la provincia Los Andes en el departamento de La Paz, y anunció que su primer trabajo será unificar y fortalecer a la Csutcb con las nueve federaciones departamentales. La elección de Quispe fue precedida de varios incidentes entre sectores que siguen a Evo Morales y a la corriente renovadora atribuida a Luis Arce y David Choquehuanca, cuyos seguidores disputaron el control de una confederación clave del Pacto de Unidad que aglutina el apoyo político de las organizaciones sociales al gobierno del MAS. El curso que va tomando el conflicto interno oficialista parece haber entrado en una etapa en la que se están decantando las lealtades, afinidades, posiciones políticas y cálculos de posibilidades, con una depuración de la influencia que se ejerce desde el Chapare. Lo ideal sería que las organizaciones sociales elijan a sus dirigentes de manera independiente, sin la intromisión de partidos políticos.

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