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jueves, abril 25, 2024
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Las tácticas y maniobras de siempre

La lucha contra el coronavirus en Bolivia se hace más difícil por la politización de las medidas económicas, sociales y de salud; el proceso electoral irresponsable, la falta de acción del gobierno central para adoptar medidas para la contención de la pandemia, así como utilizar las vacunas en su campaña electoral. Los extremos son vergonzosos con las maniobras tanto de las autoridades como de las organizaciones sociales que alientan un enfrentamiento en plena epidemia.

El país enfrenta, además, dificultades logísticas por las deficiencias en el sistema de salud que carece de los medios necesarios para afrontar la emergencia, los médicos en están desprotegidos lo mismo que policías y todos los que están en la primera línea para hacer frente al COVID-19. La pobreza en los hospitales, falta de equipos y medicamentos, así como de personal se hace cada vez más evidente. Los centros hospitalarios públicos están casi llenos. Los altos precios en las clínicas privadas hacen imposible el acceso a la gente de escasos recursos.

Mientras la población padece esta crisis, las maniobras y tácticas de utilizar a las organizaciones sociales afines al gobierno para presionar en contra del sistema de salud, como lo hicieron hace dos años atrás cuando impusieron el Seguro Universal de Salud (SUS) sin presupuesto ni medios solamente como parte de la campaña política del MAS. Hoy se busca enfrentar a los médicos que solamente reclaman mejores condiciones de trabajo, dotación de equipos, medidas de bioseguridad para la población, determinar acciones de contención para evitar más contagios, y que la ley de Emergencia Sanitaria respete los derechos civiles del sector de salud, y determine acciones efectivas para combatir la pandemia.

En esa línea de confrontación, la Central Obrera Boliviana (COB) y organizaciones sociales afines al Movimiento Al Socialismo (MAS) dieron un plazo de 24 horas al Gobierno para promulgar la Ley de Emergencia Sanitaria, pese al rechazo del sector médico. «Nos estamos declarando en estado de emergencia si el Gobierno no promulga, en un lapso de 24 horas, este proyecto de ley que va a beneficiar a todo un país. No podemos estar con caprichos de algunos sectores que intentan mercantilizar la salud», sostuvo Juan Carlos Huarachi, secretario ejecutivo de la COB. El dirigente anunció la conformación del Consejo Nacional de las Organizaciones Sociales en Defensa de la Salud y la Vida que estará liderado por la COB.

Será desde ese escenario donde se implementará la nueva política de salud y que tendrá el respaldo de todos los sectores sociales, afirmó. La Cámara de Diputados sancionó la anterior semana la Ley y la envió poder Ejecutivo para su promulgación, después que el Senado realizó las modificaciones que sugirió el Colegio Médico de Bolivia. Pero el Consejo Nacional de Salud, organismo que agrupa a todos los sectores relaciones a la salud del país, determinó dar un plazo de 48 horas al Gobierno para que atienda las demandas del sector, caso contrario iniciará un paro general indefinido que incluirá laboratorios privados, bioquímicos, enfermeras, fisioterapeutas y nutricionistas. Las medidas fueron decididas en una reunión virtual de emergencia que se realizó tras el anuncio de los dirigentes de movimientos sociales afines al MAS de dar 24 horas al Ejecutivo para promulgar Ley de Emergencia Sanitaria.

Mientras los desacuerdos, amenazas y abandono de la salud pública se agrandan, los organismos internacionales alertan sobre los mayores riesgos que se ciernen sobre Latinoamérica y los países pobres por la secuela del coronavirus. Durante la rueda de prensa semanal donde se analizan los progresos contra el coronavirus, la directora de La Organización Panamericana de la Salud (OPS) indicó que los datos favorables sobre la producción de vacunas representan «un motivo de esperanza, pero aún no de celebración». Carissa Etienne explicó que durante las dos últimas semanas se produjo un aumento de casos de COVID-19 en América Central, especialmente en partes de Honduras, El Salvador y Guatemala, en la región amazónica a lo largo de la frontera entre Brasil, Colombia y Perú, e informó de un incremento de infecciones en el Caribe.

Pese a la mejora regional, las cifras en el continente americano contrastan con las globales donde el número de casos descendió por cuarta semana consecutiva con 3,1 millones, según explicó este miércoles la OMS en su último boletín epidemiológico. La agencia de la ONU informó de un descenso de un 17% de casos respecto a la semana anterior. «Aunque todavía hay muchos países en los que el número de casos está aumentando», señaló. Etienne también explicó que al menos 19 países de la región informaron tener una de las tres variantes de la enfermedad. «Las evidencias están sugiriendo que algunas de estas variantes, pueden transmitirse más fácilmente de una persona a otra, acelerando el aumento de los casos de COVID», indicó.

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