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jueves, abril 18, 2024
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Más pobreza y desocupación

Un nuevo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) dependiente de la ONU, prevé más pobreza, mayor desigualdad y 205 millones de desocupados en 2022 como secuela de la pandemia. En comparación con 2019, la categoría de trabajadores pobres o sumamente pobres, es decir, que viven con menos de 3,20 dólares al día, ha aumentado en 108 millones de personas, lo que dificulta la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible de erradicar la pobreza para 2030.

La publicación destaca que la pandemia ha afectado con más dureza a los trabajadores más vulnerables, agravando las desigualdades preexistentes. La falta de datos sobre Bolivia en el informe se explica por la falta de transparencia en nuestro país, la forma como se manejan las estadísticas que generan desconfianza, y la desinformación institucionalizada. Pero los datos que ofrece la OIT permiten colegir que en Bolivia la situación es mucho peor que en otros países. La pandemia provocará la pérdida mundial de 75 millones de empleos este año y colocará en 205 millones el número de desocupados en 2022, de acuerdo al nuevo estudio de la agencia de la ONU especializada en el tema, que estima que el mercado de trabajo no se recuperaría por lo menos hasta 2023. América Latina y Europa y Asia Central son las regiones más afectadas. La crisis del mercado laboral causada por la pandemia de la covid-19 no ha terminado, advierte la OIT en el estudio publicado ayer, que también alerta de una recuperación lenta del empleo y una mayor desigualdad y pobreza.

La publicación Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo, 2021, afirma que el costo de la emergencia sanitaria sería de 75 millones de empleos perdidos, aunque si se tomará en cuenta la reducción de horas de trabajo, esa cifra equivaldría a cien millones de empleos de tiempo completo. La OIT destacó que estas pérdidas se suman a los niveles de desocupación, la subutilización de la mano de obra y las condiciones de trabajo deficientes que ya existían antes de la crisis. Como secuela de esto, en 2022 el número de desocupados en el mundo llegaría a 205 millones, o 5,7%, un nivel que no se había registrado desde 2013. En 2019, los desempleados eran 187 millones. América Latina y el Caribe son las regiones más afectadas en el primer semestre del año en curso, con pérdidas de horas de trabajo de más de 8% en el primer trimestre y de 6% en el siguiente. Según la OIT, la recuperación del empleo se aceleraría en la segunda mitad de 2021 siempre y cuando la pandemia no se agudice.

En el caso de Bolivia, estamos viendo cómo se agrava la pandemia con tres mil infectados por día, y no se ven esfuerzos efectivos para contener los contagios. La escasez de medicamentos, vacunas y el colapso de los centros médicos dejan en la indefensión a la población. Volviendo al informe de la OIT, considera que «Los cinco años de avance hacia la erradicación de la pobreza laboral se han perdido». Explica que la caída del empleo y de las horas de trabajo se ha traducido en una reducción drástica de los ingresos laborales y el consiguiente aumento de la pobreza. La publicación destaca que la pandemia ha agravado las desigualdades preexistentes. «Dada la falta de protección social generalizada –por ejemplo, la de los 2000 millones de trabajadores del sector informal–, las perturbaciones laborales relacionadas con la pandemia han tenido consecuencias catastróficas para los ingresos y los medios de subsistencias de las familias». Recordemos que se estima que en nuestro país, casi el 80% de las fuentes de trabajo provienen del sector informal que es el más golpeado por la crisis sanitaria. También destaca que el impacto de la crisis laboral ha sido excesivo en las mujeres. En 2020, la contracción del empleo femenino fue del 5% frente al 3,9% del empleo masculino.

El director de la Organización aseguró que la recuperación mundial de la crisis por la covid-19 requiere de una estrategia integral y coordinada, basada en políticas centradas en las personas, y respaldadas por la acción y la financiación. «No puede haber una recuperación real sin una recuperación de puestos de trabajo dignos», dijo Guy Ryder. «Sin un esfuerzo deliberado para acelerar la creación de empleo decente y ayudar a los miembros más vulnerables de la sociedad, y a la recuperación de los sectores de la economía más afectados, los efectos de la pandemia podrían prolongarse durante años en forma de pérdida de potencial humano y económico, y de mayor pobreza y desigualdad», enfatizó. De acuerdo con la OIT, la recuperación de los mercados de trabajo debe basarse en cuatro principios: Promover el crecimiento económico de base amplia y crear empleo productivo. Apoyar los ingresos de los hogares y la transición en el mercado de trabajo. Fortalecer los fundamentos institucionales necesarios para un crecimiento y un desarrollo económicos inclusivos, sostenibles y resilientes. Utilizar el diálogo social para formular estrategias de recuperación centradas en lo humano.

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