Las Fuerzas Armadas de Bolivia se movilizan para ayudar a recoger las cerca de 1.500 toneladas de basura acumuladas en las calles de La Paz a causa de un conflicto con el municipio vecino de Achocalla que se resolvió ayer.
Las calles de la ciudad de La Paz, de cerca de un millón de habitantes, acumularon montones de basura con los consiguientes malos olores y riesgos sanitarios.
El acuerdo fue firmado la tarde de ayer entre el alcalde de La Paz, el opositor Luis Revilla, y el de Achocalla, el oficialista Dámaso Ninaja, ante la presencia del presidente del país, Evo Morales.
El documento señala, entre otras medidas, que el Gobierno nacional y la Alcaldía de La Paz activarán un «operativo de contingencia mediante la movilización de las Fuerzas Armadas para el recojo inmediato de la basura expuesta en las calles y avenidas» de la ciudad, sede del Gobierno y del Parlamento bolivianos.
El conflicto se desató por un deslizamiento en el relleno sanitario de La Paz, situado en las afueras de la ciudad en una zona colindante con Achocalla, que provocó la liberación de basura y lixiviados a lo largo de cientos de metros.
El relleno es administrado por la empresa privada Tratamiento Especializado de Residuos Sólidos y Servicios (Tersa), a la que la Alcaldía paceña ha contratado desde 2006 para esa labor.
Ante lo ocurrido, los habitantes de Achocalla bloquearon desde hace casi dos semanas el ingreso de los camiones de basura al relleno sanitario en demanda de que sea cerrado definitivamente, algo que la Alcaldía de La Paz aceptó hacer el pasado viernes.
El acuerdo firmado ayer lunes ratifica que el municipio paceño tiene 30 días para presentar un plan para el cierre definitivo del botadero.
La Paz podrá continuar llevando provisionalmente sus residuos al lugar, pero su cierre se deberá concretar en 60 días, según el documento, que fue presentado a los medios por las autoridades.
Tras la firma del acuerdo, el presidente Morales agradeció a los «movimientos sociales» de Achocalla por «su comprensión» para resolver el problema, porque «todos somos paceños».
El mandatario explicó que su mayor preocupación era que la próxima semana se reanudarán las actividades escolares y «¿cómo estaría La Paz si no resolvemos?» el conflicto.
Ninaja sostuvo que la movilización de Achocalla era por «una justa razón», mientras que Revilla indicó que aceptó firmar el convenio porque «recoge varias de las decisiones» que ya había planteado el Gobierno municipal de La Paz.
El alcalde paceño agradeció a Morales por su interés para resolver un conflicto «que ha sido de mucha preocupación para los habitantes no solamente de La Paz, sino también de Achocalla» e incluso de la ciudad vecina de El Alto.
El problema generó tensiones políticas entre el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS), que apuntó a Revilla como el único responsable, y el partido del alcalde paceño, que denunció varias veces al oficialismo de trabar las posibles soluciones.