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viernes, abril 19, 2024
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Ministros de Bolsonaro asumen cargos en un inédito Gobierno ultraderechista

La mayoría de los 22 ministros del gabinete del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, asumieron sus cargos en el primer Gobierno marcadamente ultraderechista que llega al país desde la recuperación de la democracia en 1985.

El nuevo mandatario, de 63 años, participó este miércoles en la ceremonia de transmisión del cargo de cuatro ministros que serán sus principales colaboradores y en la del titular de Defensa, una cartera a la que Bolsonaro pretende darle especial atención durante su gestión.

Durante la asunción del general Fernando Azevedo e Silva como titular de Defensa, el ultraderechista, un capitán de la reserva del Ejército nostálgico de la última dictadura (1964-1985), elogió el papel de las Fuerzas Armadas, ampliamente representadas en su Gobierno de carácter cívico-militar.

«Las Fuerza Armadas sufrieron desgaste ante la clase política, pero no ante el pueblo, que continúa creyendo en nosotros», afirmó el jefe de Estado.

En su primer acto de Gobierno como nuevo presidente de Brasil tras asumir la víspera, Bolsonaro también honró a algunos de sus ministros más próximos y que trabajarán dentro de la Presidencia, entre ellos el general de la reserva Augusto Heleno Ribeiro, quien será responsable por la seguridad del presidente y comandará los órganos de inteligencia de Brasil.

Los otros tres que recibieron el cargo de sus antecesores en el acto encabezado por el ultraderechista fueron el también general de la reserva Carlos Alberto dos Santos Cruz, que asumió como titular de la Secretaría de Gobierno; el abogado Gustavo Bebianno, quien será titular de la Secretaría General de la Presidencia, y Onyx Lorenzoni, que será el nuevo ministro de la Presidencia.

El resto de las ceremonias no contaron con la presencia de Bolsonaro, quien dedicó la mayor parte del día a una serie de encuentros bilaterales con representantes de diversos países, entre ellos China y Estados Unidos.

Tras reunirse con el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, el canciller de Brasil, Ernesto Araújo, recibió el testigo de Aloysio Nunes y, en su discurso, apeló a un versículo del evangelio de Juan para definir la política que guiará la cancillería de Brasil: «Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres».

«Bolsonaro libera a Brasil con la verdad y así vamos a liberar a la política exterior», señaló Araújo, quien se declara admirador de Donald Trump y adversario del globalismo y el marxismo tanto ideológico como «cultural».

Si Araújo busca encarnar la promesa de Bolsonaro de impulsar una política exterior sin «amarras ideológicas», el juez Sergio Moro ha hecho suya la batalla contra la corrupción anunciada por el ultraderechista.

Durante la toma de cargo como ministro de Justicia y Seguridad Pública, el célebre magistrado, quien mandó a prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que su cartera combatirá al crimen organizado y la corrupción a través de una justicia «más eficaz».

«Sea por corrupción, violencia o narcotráfico, todos ellos perjudican los climas de negocios (de Brasil) y afectan la credibilidad de las instituciones», dijo Moro.

La labor de recuperar la confianza y la economía de Brasil ha recaído en manos de Paulo Guedes, un economista de la Escuela de Chicago y que renovó su compromiso con el liberalismo al proponer «privatizaciones aceleradas» y la «simplificación tributaria».

Como subrayó Bolsonaro en su investidura, en la política económica de Brasil también tendrá un fuerte peso el sector agropecuario, del que cuidará la Ministra de Agricultura, Tereza Cristina Correa, una hacendada que coordinaba la bancada de los propietarios rurales en el Congreso.

Correa será también la encargada de delimitar nuevas reservas indígenas, según uno de los primeros decretos firmados por Bolsonaro, quie acusó a las ONG de «manipular» y «explotar» a los indios.

«Más del 15 % del territorio nacional es delimitado como tierra indígena y quilombola. Menos de un millón de personas viven en estos lugares aislados del Brasil de verdad, explotadas y manipuladas por ONG. Vamos juntos a integrar a estos ciudadanos y valorar a todos los brasileños», afirmó Bolsonaro en Twitter, una red social que ha transformado en su principal herramienta de comunicación.

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