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jueves, marzo 28, 2024
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Movilizaciones contra la salud y la vida

Cada momento es más preocupante por la crisis sanitaria en el país, debido a que la cuarta ola de coronavirus se muestra altamente contagiosa alcanzando a los más vulnerables que ahora resulta que son los que no se vacunaron y los niños. El vertiginoso incremento de infecciones ha obligado a las regiones con mayor número de casos de covid-19 a adoptar nuevas restricciones en un intento por contener los contagios. Los médicos y los científicos han recomendados medidas de protección urgentes, inclusive algún municipio planteó una cuarentena, pero las autoridades han desestimado ese extremo debido a los negativos efectos que ocasionó al paralizar las actividades durante la primera ola de infecciones. De todas maneras, los municipios más afectados están aplicando un mayor rigor en el control de medidas de bioseguridad.

En la sede de gobierno y la ciudad de El Alto se mantienen las disposiciones que se limitan a la recomendación de cumplir las precauciones sanitarias e intensificar la vacunación, aunque las determinaciones adolecen de efectividad debido a una serie de deficiencias que conspiran contra la protección de la gente y, en todo caso, inducen a un mayor riesgo. Son tan pocos los lugares de vacunación que se producen colas interminables que no guardan el distanciamiento recomendado. Hay aglomeraciones provocadas por la mala atención burocrática en algunas oficinas estatales. Asimismo, se adoptan determinaciones dirigidas a concentrar a la gente en forma masiva, como la organización de la feria de Alasita, donde será imposible mantener el distanciamiento social, y las consecuencias pueden ser fatales.

Santa Cruz, que es el distrito con mayor número de casos de covid-19, mediante el Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) adoptó varias determinaciones, y aunque descartó apelar a una cuarentena, se decidió disminuir el horario de circulación de 5:00 de la madrugada a horas 20:00. La medida ya rige desde el sábado 8 y se prolongará hasta el lunes 17 de enero. Cochabamba, que es el departamento con un explosivo incremento de casos, después de Santa Cruz, también decidió restringir los horarios de circulación de viernes a domingo y se determinó reducir el aforo al 50 por ciento para actividades recreativas y deportivas, además se pidió prohibir fiestas públicas, privadas y actividades nocturnas de discotecas y lugares de expendio de bebidas alcohólicas, pero esta idea está todavía en análisis. La Alcaldía de Cercado propuso una cuarentena de al menos siete días si los casos continúan en ascenso, pero la Gobernación descartó esta posibilidad.

La capital del Estado, Sucre, que es otra de las ciudades con mayor número de infectados, determinó reforzar la desinfección de las calles, lugares concurridos y ambientes públicos y privados, además de realizar rastrillajes. Pero descartó ingresar a un encapsulamiento de la ciudad o zonas de alto riesgo. El Comité Científico considera que Sucre está en la fase de transmisión comunitaria de la pandemia, eso significa que el control de las infecciones es muy difícil. En los otros departamentos la pandemia aumenta, pero no en la magnitud de Santa Cruz, Cochabamba y Sucre, lo que no quiere decir que estén libres de contagios. La velocidad con la que se está propagando el mal hace que en pocos días se puedan desencadenar masivas infecciones, por lo que se deben adoptar urgentes medidas de previsión.

El Ministerio de Salud reportó que los casos de covid-19, entre la última semana epidemiológica de 2021 y la primera semana de 2022, subieron en 77 por ciento las infecciones. Lo peor es que diariamente aumentan los enfermos, y ya en el país el promedio de nuevos casos se aproxima los nueve mil por día. Pese a la gravedad y el peligro latente, hay gente que no comprende la situación y se lanzó a convocar a marchas de protesta, en una irresponsable movilización «antivacunas», que demanda la abrogación de los decretos supremos 4640 y 4641, por considerar que atentan contra los derechos ciudadanos. Estos grupos anuncian nuevas medidas de presión. Durante las marchas de los «antivacunas», se observó que la gente no utilizó barbijos, no respetó el distanciamiento social, y además, llevó niños a participar de la manifestación. Los riesgos de enfermar son muy altos para los manifestantes y para el resto de la población que no participa ni está de acuerdo con estas protestas, pero que se ve expuesta por la acción de grupos a los que parece que no les importa la salud, la vida ni las secuelas de una pandemia que se torna cada vez más maligna. Es tan contagiosa la nueva mutación del coronavirus, llamada ómicron, que se teme que en cuestión de semanas la mitad de la población de Europa podría ser contagiada, pero los países europeos están adoptando estrictas medidas de control para evitar esta inquietante posibilidad.

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