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viernes, abril 19, 2024
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Ni a media máquina, desorden y descontrol

Comenzó la reapertura parcial de actividades económicas, industriales, comerciales y de servicios al finalizar la cuarentena rígida, el resultado fue desconcertante, con aglomeraciones de personas en determinadas zonas y mercados, incumplimiento de medidas de bioseguridad, filas en entidades bancarias, comercios que no se adaptan a las instrucciones de las autoridades, un transporte público con excedente de pasajeros que desoye las medidas de distanciamiento, y que provoca afluencia de gente en las paradas, mientras los transeúntes llevan mascarillas, pero muchas mal utilizadas, solamente por cumplir. Decepcionante.

Las calles principales de las ciudades de La Paz, El Alto y Cochabamba se desbordaron y provocaron concentraciones de alto riesgo frente a la epidemia de coronavirus. Ese fue el resultado preliminar de la llamada «cuarentena dinámica condicionada» que determinó el gobierno central, y que fue asumida por algunos departamentos y municipios, pero que pone al descubierto varias facetas de la poca conciencia de responsabilidad, tanto de autoridades como de la gente, para consigo mismo y la comunidad. En El Alto la actividad «es normal» con los embotellamientos de siempre, ferias por todas partes, venta de productos en el suelo, consumo de comida en las calles, y otras costumbres que en este momento pueden ser el detonante de una explosiva contaminación.

En Cochabamba el municipio decidió revertir la autorización del servicio de autotransporte público y privado por los excesos, pero ya salieron al frente los choferes que quieren seguir trabajando. Las autoridades habían dispuesto el retorno del transporte público a partir de las 5:00 de la mañana hasta las 19:00, con el 50 por ciento de su capacidad, pese a que la evaluación definió a este departamento como de alto riesgo de contagio. El Servicio Departamental de Salud (SEDES) de Cochabamba, viendo el descontrol generado por la flexibilización, estima para los siguientes días más de 100 casos diarios de coronavirus.

En el marco del retorno de gran parte del país a las actividades laborales, el Ministerio de Trabajo activó el control del cumplimiento de los protocolos de bioseguridad. El ministro de Trabajo, Óscar Mercado por televisión explicó que en coordinación con el Ministerio de Salud su despacho afina un documento con los «protocolos generales para cada uno de los rubros económicos que están entrando en actividad» y en función a éstos las empresas, públicas y privadas, deben presentar sus «protocolos específicos» en un plazo de 15 días.

En realidad, todos esos protocolos debieron efectuarse con mucha anticipación y no después de lanzar a la gente a las calles, a las fábricas y comercios. Existen recomendaciones de la OMS y de la OIT para que se adopten una serie de medidas de prevención. Prevención significa anticiparse a los hechos. Lastimosamente, parece que no tienen cabida en nuestro país las medidas de protección social.

Por ejemplo, el Banco Mundial hizo una serie de sugerencias de previsiones para el retorno a la actividad económica. Afirma que la verdad incómoda, no hay una respuesta fácil, y los gobiernos tienen que ponderar los beneficios y pérdidas, entre los impactos negativos impuestos por las restricciones estrictas a las actividades económicas y el exponer a sus poblaciones a un virus para el que no hay vacuna, no hay un tratamiento claro y capacidad limitada para probar, rastrear y atender. Recomienda que es necesario, en primer lugar, evaluar las condiciones para comenzar a reabrir una economía. Desde la perspectiva del sector salud: Las infecciones ya no deben estar extendiéndose ampliamente y debería haber comprensión sólida de la prevalencia de las infecciones. Desgraciadamente, el gobierno no tomó en cuenta esta situación y en plena expansión de la pandemia autorizó el retorno al trabajo.

Entre otras medidas, el BM recomienda que, desde una perspectiva de reactivación económica, los gobiernos debieran considerar la capacidad de diferentes sectores económicos para mantener el distanciamiento físico y operar de manera segura, y tomar en cuenta la especialización económica y la dinámica de los mercados laborales locales.

Como señalamos anteriormente, es comprensible la necesidad y urgencia de reactivar todos los sistemas de producción, restablecer las cadenas productivas, impulsar la actividad económica en general, pero tomando como prioridad la salud, seguridad y vida de la población. La Constitución Política antepone la salud como primera responsabilidad del Estado.

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