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jueves, noviembre 30, 2023
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ONU pide ampliar apoyo a países de «renta media»

Guido Pizarroso Duran (*)

La pandemia de coronavirus causará la mayor contracción económica en un siglo en Latinoamérica, y uno de los países más vulnerables es Bolivia. La ONU y la CEPAL prevén que en la región aumentará el desempleo, la pobreza extrema y la desigualdad, al tiempo que las mujeres y los pueblos indígenas sufrirán por las inequidades profundas. El secretario general de la ONU, António Guterrez, recomienda que, a la hora de reconstruir la economía, se la haga buscando una economía más igualitaria que impulse el crecimiento y el bienestar de toda su población.

El epicentro actual de la pandemia de COVID-19 se ubica en América Latina y el Caribe, donde varios países registran una de las tasas más altas de infección per cápita del mundo. Para la CEPAL, la región ya venía por siete años con un crecimiento muy bajo y «con brechas estructurales de un modelo de desarrollo insostenible que se han exacerbado por una muy débil protección social, sistemas de salud fragmentados y profundas desigualdades. La pandemia nos encuentra en un momento muy difícil», explicó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de ese organismo.

Según las proyecciones de la CEPAL, el decrecimiento del Producto Interno Bruto latinoamericano alcanzará un 9,1% este año y el impacto social de esta caída será muy agudo. El desempleo, la pobreza, la pobreza extrema y la desigualdad aumentarán de forma importante en una región donde la inequidad ya era profunda antes de la crisis. Se estima que de 2019 a 2020, el desempleo pasará de 8,1% a 13,5%, es decir, que habrá más de 44 millones de personas sin trabajo.

La tasa de pobreza subiría un 7% para llegar a 37,2% de la población, es decir 230 millones de personas vivirán en situación de pobreza, mientras que 96 millones estarán en condiciones de pobreza extrema, tras un incremento de 4,5%. Estos datos provocarán un alza de 4,7% en el índice de Gini, el indicador para medir la desigualdad. El Secretario General de la ONU planteó algunas medidas que los países latinoamericanos y caribeños tendrían que considerar para sortear esta crisis y reconstruir sus economías de mejor manera. Afirmó que en América Latina y el Caribe, reconstruir mejor significa reconstruir con igualdad y agregó que la inclusión social contrarrestará el avance de la xenofobia y de la estigmatización de los grupos marginados. Sostiene que las medidas hacia este objetivo deben incluir el combate a la corrupción y la delincuencia organizada y la presencia efectiva del Estado.

Para la ONU, los planes de recuperación deberían orientarse hacia la transformación del modelo de desarrollo de la región apegándose a los principios de democracia, derechos humanos y paz marcados en la agenda de Desarrollo Sostenible que tiene su meta en 2030. Esos planes también deberían fortalecer el estado de derecho, la rendición de cuentas, la transparencia y la gobernanza democrática en un pacto social que garantice la participación de las mujeres, al igual que el de todos los grupos de población

La cooperación multilateral debería reconfigurarse teniendo como base la sostenibilidad ambiental y estimulando la inversión en tecnologías limpias

Las políticas industriales y tecnológicas deberían dirigirse hacia el crecimiento de las economías con bajas emisiones de carbono y hacia el trabajo decente, según la propuesta de Guterrez.

Las recomendaciones pueden sintetizarse en la necesidad de que a corto plazo los gobiernos deberían suministrar ingresos básicos de emergencia a la población que vive en la pobreza y a los trabajadores del sector informal que no viven por debajo de la línea de pobreza pero que carecen de protección social. De acuerdo con la CEPAL, la línea de pobreza promedio de la región es de unos 140 dólares semanales. Para complementar esas medidas, haría falta la distribución de bonos contra el hambre a las personas en condiciones de pobreza extrema.

Existen programas de ayuda para los países pobres. Lamentablemente, en el caso de Bolivia, no califica para esa cooperación, debido a que la soberbia del régimen del MAS, manejando las estadísticas a su antojo, gestionó que se considere que nuestro país salió de la franja de la pobreza y está en la categoría de «renta media». Los países de renta media están al margen del apoyo.

Felizmente, la ONU ahora considera que los países de renta media deberían ser incluidos en la respuesta multilateral de inmediato, ya que afrontan limitaciones estructurales y han quedado fuera de la asistencia de liquidez de emergencia, de las condiciones favorables de financiamiento, las exenciones comerciales, las prórrogas de pago de deuda y la asistencia humanitaria. La mayor parte de los países de la región entran en la clasificación de economías de ingresos medios, lo que limita su acceso estas ayudas.

*Periodista, fue Presidente de la APLP

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