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martes, abril 23, 2024
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ONU propone adaptar bosques al cambio climático

Bolivia ha perdido más de siete millones de hectáreas de bosques en los incendios forestales, en los últimos años, y persisten las costumbres atentatorias al medio ambiente, Mongabay, Periodismo ambiental Independiente en Latinoamérica, recopiló información en la que señala que Santa Cruz es el departamento más afectado. Un informe de la ONU ha alertado sobre los riesgos para el planeta por los desastres ambientales. Decenas de miles de hectáreas han sido arrasadas por el fuego en todo el mundo. La agencia de la ONU para el medio ambiente informa que esta destrucción seguirá en aumento. Es necesario adaptar los bosques naturales al cambio climático, lo que incluye tomar medidas de conservación, protección y restauración que prevengan la deforestación y los incendios. Los últimos meses, en un deprimente escenario, el mundo ha tenido que lidiar con devastadores incendios forestales.

En Estados Unidos, varios estados luchan contra los incendios forestales, según el diario británico The Guardian, más de 2,2 millones de hectáreas de tierra se quemaron este año, aproximadamente un 70% más que el promedio de 10 años. En Rusia, más de 6000 incendios forestales habían comenzado a fines de junio. Los incendios forestales también se destacan en Europa, sobre todo en Francia, Portugal, España y Grecia, países que han experimentado temperaturas récord y largos períodos de sequía. Decenas de miles de personas han sido evacuadas, mientras cientos de miles de hectáreas han sido destruidas en todo el continente. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, durante una visita a la región de Extremadura, golpeada duramente por los incendios forestales, dijo: «El cambio climático mata: mata a la gente; también mata nuestro ecosistema, nuestra biodiversidad, y también destruye las cosas que como sociedad apreciamos».

Sin embargo, aunque este tipo de catástrofes han llamado la atención pública, los incendios que se producen en los países en vías de desarrollo son mucho más devastadores, puesto que las autoridades a menudo carecen de equipos adecuados de extinción de incendios. Una serie de factores incluyen las altas temperaturas. Parece que los desastres serán aún más frecuentes. Las predicciones del informe emitido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, hacen referencia a que los incendios extremos podrían aumentar hasta un 14% para 2030, un 30% para fines de 2050 y un 50% para fines de siglo.

Mientras las llamas destruyen propiedades, tierras y vidas, por si fuera poco, también liberan CO2, agravando aún más la crisis climática. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), los incendios forestales generan hasta un tercio de las emisiones de carbono de los ecosistemas globales, un fenómeno que exacerba el cambio climático, dice Robert Stefanski, jefe de la Comisión de Meteorología Agrícola. El Servicio de Monitoreo de la Atmosfera de Copérnicus, de la Unión Europea, reveló que en julio pasado se estableció un récord cuando se liberaron 1.258,8 megatoneladas de CO2 a la atmósfera. El doctor Mark Parrington, científico principal de Copérnicus, afirma que, aunque en las últimas dos décadas se han producido menos incendios a escala mundial, su intensidad aumenta. El factor clave en la intensidad de los incendios forestales es la temperatura de la superficie: «Al intensificar su principal factor impulsor, el calor, el cambio climático causado por el hombre aumenta los incendios forestales. Por tanto, el calor del cambio climático seca la vegetación y acelera la quema», explica Stefanski.

Pero los factores no climáticos también provocan incendios forestales. Las empresas agrícolas, los pequeños agricultores y los pastores de ganado en muchas áreas tropicales talan bosques e intencionalmente provocan incendios para despejar campos y pastizales. Las ciudades, los pueblos y las carreteras aumentan la cantidad de incendios que provocan las personas. La ONU dice que se necesita adaptar los bosques tanto los naturales como los administrados (ya sea por el sector público o privado), lo que exige aprobar medidas de conservación, protección y restauración. En los bosques administrados, las opciones de adaptación incluyen la gestión forestal sostenible, la diversificación y el ajuste de la composición de las especies arbóreas para aumentar la resiliencia.

También supone la gestión de los riesgos crecientes de plagas y enfermedades e incendios forestales. «La restauración de los bosques naturales y de las turberas drenadas, así como la mejora de la sostenibilidad de los bosques gestionados, en general, aumenta la resiliencia de las reservas y los sumideros de carbono», añade Stefanski. Recomienda tomar en cuenta a los pueblos indígenas, que tienen sus propias técnicas para prevenir los incendios forestales, eliminando el follaje muerto altamente inflamable del bosque. También recomienda educar a la población: una sola brasa de la barbacoa o un cigarro puede tener consecuencias devastadoras, mientras el calor del tubo de escape de un coche es suficiente para prender fuego a las hojas secas.

Mongabay, publicó un reportaje en 2021, en el que Yvette Sierra Praeli recopila información en la que señala que Santa Cruz es el departamento más afectado. Más de tres millones de hectáreas han sido arrasadas por los incendios forestales ese año. Del total de las hectáreas quemadas en este departamento, más de la mitad están dentro de áreas naturales protegidas. Entre las zonas reservadas más afectadas están el ANMI San Matías, Ñembi Guasu, Otuquis, Bajo Paraguá y Rios Blanco y Negro. El reportaje señala que en los últimos años los incendios forestales en Bolivia han sido devastadores. En el 2019, el fuego arrasó cerca de seis millones de hectáreas en todo Bolivia; y en el 2020 la cifra nacional fue de cuatro millones de hectáreas. Mientas que para el 2021, según el último reporte de la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN), Bolivia registró más de 3.4 millones de hectáreas quemadas en todo el país, entre el 1 de enero y el 15 de octubre. El reporte también indica que los departamentos de Santa Cruz y Beni concentran el 94 % de áreas quemadas.

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