La economía de América Latina casi no crecerá este año, mientras que Venezuela seguirá sintiendo el «impacto devastador» de la recesión y la crisis humanitaria y su actividad económica continuará retrocediendo, según el segundo informe de 2019 del Fondo Monetario Internacional (FMI). Los datos de este organismo internacional deben mover a la reflexión a las autoridades nacionales y a todo el país, para comprender que la incertidumbre genera el mayor deterioro a cualquier economía. La crisis política que polariza a Bolivia con seguridad tendrá repercusiones a corto plazo en el crecimiento económico.
A pesar del pobre pronóstico para América Latina en lo que queda del año, el FMI dice en su reporte que la perspectiva para el 2020 es mucho mejor para la región, con un vaticinio de crecimiento del 1,8 por ciento. El FMI, con sede en Washington, en su último informe del 15 de octubre, hizo notar los difíciles panoramas de Brasil y México y la crisis en Argentina. En general, aludió a escenarios políticos volátiles y prospectos fiscales debilitados. En México, donde la inversión ha permanecido débil y el consumo privado se ha ralentizado ante la incertidumbre por las políticas del Gobierno, el PIB crecerá 0,4% en 2019 y repuntará tímidamente 1,3% en 2020, dijo el FMI, al aplicar recortes de 0,5 y 0,6 puntos porcentuales para los dos años en relación a su último informe de julio.
Además de la desaceleración en Chile y Perú proyectadas en respuesta al menor dinamismo de inicios de este año, el FMI estimó que la producción nacional de Ecuador se contraerá 0,5%, desde el crecimiento de 1,4% del 2018, ante el deterioro de sus arcas fiscales y la inestabilidad política. Ecuador ha sufrido en las últimas semanas sus peores disturbios en más de una década, derivados del fuerte rechazo público a las medidas de austeridad del presidente Lenín Moreno para contener el abultado déficit.
La situación en Venezuela es mucho peor. El organismo económico internacional volvió a llamar la atención sobre la crisis humanitaria que atraviesa el país y el efecto nocivo de la recesión, y pronosticó una pérdida del 35% del poder económico este año y que la actividad retrocedería un 10% en 2020. La hiperinflación en Venezuela continuó en agosto su desaceleración a ritmo interanual, ubicándose en 135 mil 379%, según un informe presentado por la Asamblea Nacional que lidera el presidente encargado Juan Guaidó. Mientras tanto, el índice de precios aumentó en comparación con el mes anterior, situándose en 65,2%, casi el doble que julio. En lo que va del año, la inflación acumulada en Venezuela es 2.674%, según los informes.
En el caso de Bolivia el FMI bajó su pronóstico de crecimiento económico para este año a 3,9 por ciento. El dato está en el informe Perspectivas de la Economía Mundial, que también proyecta que el Producto Interior Bruto (PIB) del país crecerá 3,8 por ciento en 2020. Recordemos que el gobierno trabaja sobre un hipotético 4,5 por ciento de crecimiento para este año. El Ministerio de Economía y Finanzas de todas maneras considera que el 3,9 por ciento representa el crecimiento más alto de la región. Recordemos también que las evaluaciones de los organismos internacionales se efectúan sobre datos oficiales proporcionados por los gobiernos. Las evaluaciones podrían ser diferentes si se tomaran en cuenta los indicadores reales, como la deuda externa y la deuda interna que juntas representan una obligación alta, además de una vertical caída de las Reservas Netas Internacionales y una emisión monetaria desconocida, así como ya no se informa sobre los ingresos nacionales y están desactualizados y en la obscuridad los principales indicadores estadísticos del país, como las exportaciones de gas natural y las enormes importaciones de alimentos y otros productos.